jueves, 27 de noviembre de 2008

A TI, MUJER MALTRATADA.

¿Por qué detienes el tiempo
en el reloj de su ausencia,
porqué pides clemencia
con palabras que se lleva el viento.
Porqué dices lo siento
cuando agotas tu paciencia,
cumpliendo una sentencia
cruel y sin fundamento?
¿Llora su arrepentimiento,
se esconde de su impotencia,
le golpea en su conciencia
el dolor de tu lamento?
Te dice que no es violento
pero exige tu obediencia,
y somete tu existencia
humillando el sentimiento.
Abre mujer ese cerrojo
pues tu vida no termina,
que donde alcanzan sus ojos
tu camino se ilumina.
Y ciérralo al salir,
ponte un traje de esperanza
que aun hay vida para ti;
has ganado en la balanza...