martes, 29 de diciembre de 2009

LOS VILLANCICOS

Creo que la primera vez que escuché que los peces bebían y bebían en el río por ver a Dios nacido era ya un adolescente y había comprendido que la vida era absurda, de modo que no opuse resistencia alguna al hecho de que los peces bebieran de forma compulsiva, como el que se da un chute, por ver al niño Jesús. Lo que hace absurdo al mundo es lo mismo que lo hace hermoso, profundo y excitante. Imaginen un pez bebiendo y bebiendo en el río por ver a Dios nacido. ¿Es o no es fantástico? Es más que fantástico: se trata de una imagen fabulosa que ha hipnotizado ya a varias generaciones. Y lo que te rondaré.
Pero comprender que la vida era absurda y por lo tanto fabulosa no fue sencillo. Requirió un proceso con tramos en los que hubo angustia, inquietud, ansiedad, zozobra. El otro día, en la radio, escuché que a alguien le preguntaban por ese villancico en el que una tal Marimorena no para, la pobre, de caminar porque es la Nochebuena (ande, ande, ande la Marimorena, ande, ande, ande, etcétera). De pequeño, imaginaba que la Marimorena era una chica de 15 años ataviada con un vestido regional de no sé dónde (todos se parecen) y condenada a caminar, a caminar, a caminar (camina o revienta). Iba la Marimorena por una especie de descampado, empujada a moverse sin parar por las voces que cantaban ese villancico. En ocasiones, yo abría la boca fingiendo que cantaba, pero no pronunciaba palabra alguna, pues me dolía formar parte de aquella conspiración. Me agobiaba que la chica no pudiera sentarse. ¿Y todo por qué? Porque era la Nochebuena. ¿Qué relación había entre una cosa y otra? Ninguna, pero jamás me atreví a preguntar a mis padres el porqué de aquel destino cruel.
Había otro villancico conflictivo también: el titulado "Adeste, Fideles" ("Acudid, fieles"). Lógicamente, en aquella época no sabía latín, ahora tampoco. Nadie tampoco me explicó que tal era el idioma del Villancico. De modo que yo, para darle sentido, en vez de decir "Adeste, fideles", decía "Al este, Cibeles", señalando con la mano esa posición geográfica. Estas fiestas tan señaladas, en fin, tienen la virtud de recordarnos, por un lado, que la vida es absurda y, por otro, que, por eso mismo, es maravillosa. Feliz 2010

miércoles, 23 de diciembre de 2009

DECÁGOLO DEL VINO ESPAÑOL

Se aproximan esos días en que todo el mundo abusamos un poquito más de las comidas, y las mismas indudablemente tienen que ir "regadas" de un buen caldo, o sea de un buen vino. Pero sabemos cual es el más indicado para cada ocasión?. Si estamos en un Restaurante, posiblemente nos dejemos aconsejar por el maitre del mismo, aunque siempre nos quedará la duda si es el mejor para esa ocasión, o por el contrario es el que más les interesa vender por muy distintos motivos, pero bueno, aquí no suelen haber muchas dudas.
Las dudas surgen en casa que casi nunca sabemos que vino es el mejor para según que comidas, no sabemos a la temperatura que deberemos servirlo y casi nunca tenemos la copa adecuada al mismo. Yo desde aquí voy a intentar (si teneis la suficiente paciencia de leerme) ayudaros. Esto por supuesto no es la opinión de un gran experto y por supuesto no he estudiado para somelier, aquí simplemente está reflejada la experiencia de 40 años comprando y vendiendo vinos y lo que es más importante, escuchando a los clientes que es como más se aprende.
Si con ésto puedo ayudar a alguno de vosotros en la elección del vino adecuado, servido a la temperatura correcta y con la copa que le corresponda, habrá valido la pena el trabajo y la dedicación, y si no, lo siento por la pérdida de vuestro tiempo.

MARIDAJE VINOS GENEROSOS:
Los vinos de aperitivo, llamados generosos por el alto grado de alcohol, casan perfectamente con almendras tostadas, tapas de jamón y cualquier alimento graso; interactúa con estos vinos, potenciando los sabores de ambos.

COPA:
La copa debe ser pequeña, estrecha y ligeramente alta, para permitir beber el vino a pequeños sorbos que es la forma de apreciar sus cualidades. Hay una copa, llamada jerezana, que es la idónea para vinos de aperitivo.

TEMPERATURA:
La temperatura apropiada de servicio, para finos y manzanillas, está entre los 6º y 9º C. Los dulces, olorosos y amontillados, entre los 14º y 15º C. Servidos más fríos, dejan de apreciarse sus virtudes.


MARIDAJE VINOS BLANCOS:
Un blanco cuya característica principal es la frescura y su frutosidad, es el más indicado para acompañar platos que no llevan demasiada elaboración ni ingredientes. Por eso son perfectos para acompañar mariscos y pescados a la plancha o al vapor. En el fondo; una cocina que permita apreciar de forma directa, la materia prima.

COPA:
La copa debe ser transparente, de tamaño medio; un poco más pequeña que la que se emplee para vinos tintos, pero de capacidad suficiente como para que el vino se mueva dentro de ella. No debe llenarse más de un tercio de su capacidad porque en la copa, el vino gana temperatura y es preferible ir rellenando con el vino mantenido fría en cubitera.

TEMPERATURA:
Los vinos blancos deben beberse fríos, pero nunca helados. La temperatura idónea para preciarlos ronda los 8º a 9º C.


MARIDAJE VINOS GALLEGOS:
Los maridajes naturales de vinos gallegos con materia prima proveniente del mar es una de las alianzas más irrefutables. Mariscos y pescados a la brasa o plancha, con un cierto recuerdo a lumbre, leña o carbón que da un toque ahumado, gana en abanicos de matices cuando el albariño es capaz de soportar el envite aromático sin perder protagonismo.

COPA:
La complejidad aromática de un blanco gallego, donde reina la variedad albariño, aconseja utilizar copas ligeramente curvadas hacia adentro en la parte superior, con el fin de “aprisionar” los fragantes aromas y dejar que se abran gradualmente.

TEMPERATURA:
Estos vinos requieren de una temperatura de servicio en torno a los 10º a 11º C. Si los servimos más fríos, las moléculas de los aromas no se volatizan y quedan adormilados en el vino.

MARIDAJE BLANCOS Y JÓVENES:
Los blancos jóvenes, son aptos y recomendados para las comidas propias del verano. Verduras a la plancha, pasta en ensaladas, sopas frías, carpaccios, fiambres, y platos de elaboración sencilla y simplificada.

COPA:
Una copa de tamaño medio, pero con un tallo suficientemente alto como para no desequilibrar el peso al girar el contenido es la indicada para blancos frescos. La percepción del vino en este tipo de copas destaca los aromas primarios propios de la variedad.

TEMPERATURA:
Un blanco seco, joven, con un carácter propio de la uva con el que está elaborado, necesita servirse frío, en torno a 8º C. Es la temperatura con la que es posible apreciar correctamente sus notas más frescas.


MARIDAJE VINOS ROSADOS:
El rosado es el gran conciliador y negociador. Versátil y plural, es un vino que va bien con una gran cantidad de platos. A la menor duda; un rosado. Especialmente cuando hay muchas salsas o mezclas de mar y montaña.

COPA:
Con virtudes de los tintos jóvenes y la frescura y frutosidad de los blancos, el rosado se mueve en el mejor de los mundos. No necesita de grandes despliegues para expresarse y una copa sencilla y amplia, pero siempre transparente que le permita exhibir su mejor virtud; un vibrante y seductor color rosa que se mueve en la gama de los fresas a los más rabiosos rosa picota.

TEMPERATURA:
El rosado es un vino que permite beberse en un amplio espectro de temperaturas frías según el momento y la variedad con la que esté elaborado. Lo más recomendable es moverse siempre entre los 9º y los 11º C.


MARIDAJE RIOJAS JOVENES:
Guisos de cuchara, chacinería, carnes de sabor marcado por el ahumado de la brasa y un sinfín de platos donde el punto graso o altamente proteínico es evidente, carnes, guisos, son los más indicados para acompañar un tinto joven.

COPA:
Directo, fresco y frutal, los vinos jóvenes necesitan expresarse espontánea y rápidamente. Para ellos, una copa no excesivamente grande, pero ancha y con una boca amplia que permita una rápida expresión aromática. La juventud permite algunas licencias e, incluso, un pie o tallo de color y un cristal grueso y divertido le da algo de empaque y estilo.


TEMPERATURA:
Aunque es un tinto, el frío le viene de maravilla. Admite lo que equivale a una temperatura de frigorífico, lo cual lo sitúa entre los 12º y 15º C. El carácter afrutado resiste bien las bajas temperaturas.


MARIDAJE RIOJAS CRIANZA:
Él crianza es el tipo de vino más versátil porque va bien con una gran cantidad de platos. Tiene aromas y sabores suficientes como para no quedarse atrás con la potencia y los sabores de un plato muy elaborado, y tampoco pierde un ápice de personalidad ni le resta valores a las materias primas más ligeras.

COPA:
Lo mejor son las copas transparentes para evitar distraer del verdadero contenido. Si es cristal fino, mejor que mejor, teniendo en cuenta que a mejor vino, el cristal debe ser más fino. Una forma bastante buena, es la que recuerda un tulipán: ligeramente más cerrado por la boca que por el cuerpo central.

TEMPERATURA:
Los tintos de crianza o jóvenes pero con cierto cuerpo, se expresan mejor a una temperatura que ronda los 14º a 17º C.


MARIDAJE RIOJAS CRIANZA:
No hay contrincante del recetario tradicional que le pueda. Los platos sencillos, caseros, que responden a un recetario familiar, verduras, carnes, siempre y cuando no haya presencia de vinagres, adobos, ni encurtidos, serán los que mejor se acompañan de crianzas riojanos.


COPA: Siempre es deseable que la forma de una copa se cierre ligeramente hacia adentro, pero en el caso de los crianzas, soporta perfectamente una copa cuyas paredes vayan casi en paralelo. Es un vino que se expresa más directamente y no necesita reconcentrarse para desplegar sus características aromáticas de forma natural.

TEMPERATURA: En torno a los 15º C. será la temperatura correcta para apreciar mejor este tipo de vinos. Si la temperatura es más alta, aparecerá mucho menos intenso y más alcohólico de lo que en realidad es.


MARIDAJE RIOJAS RESERVA:
Los vinos que han pasado un tiempo en barrica desarrollan notas más complejas que requieren también de una cocina más elaborada que admite un grado de creatividad, guisos y verduras.

COPA: El formato mágnum es una botella que permite que el vino evolucione muy lentamente. Cuando el vino llegue a la copa, necesita de un contenedor que le permita “respira” y abrirse. La copa llamada de “balón”, amplia, redonda y ancha, permite que el vino se airee y gane en profundidad de forma rápida.

TEMPERATURA:
Como todos los tintos deben de estar en torno a los 15º a 17º C. El volumen de vino que se maneja en los magnums es el de dos botellas tradicionales, por lo que tardará más en enfriarse o calentarse a la temperatura idónea de servicio y, esto, es algo que hay que prever antes de sacarlo a la mesa.



MARIDAJE RIOJAS RESERVA: La cocina elaborada tiene muchos matices y para que esté bien acompañada debe tener un vino que no se quede atrás. Los reservas son vinos perfectos para acompañar carnes, verduras y platos con salsas y con una importante mezcla de combinación de ingredientes.

COPA:
El vino ha permanecido mucho tiempo dentro de una botella y necesitará de una buena oxigenación para que empiece a desplegar sus virtudes. Una copa grande, de boca ancha, de cristal fino y con un tallo amplio que permita mover el vino, será el idóneo siempre y cuando no sea exagerada en las medidas.

TEMPERATURA:
Cuando el vino ha pasado por una crianza prolongada, necesita tiempo para expresarse. Conviene ser muy cuidadosos en la temperatura de servicio que debe de estar entre los 16º y 18º C.


MARIDAJE RIOJAS RESERVA:
Guisos de carne, asados y carnes al horno o a la parrilla, son perfectos para un rioja de reserva que no se amilanará ante la fortaleza de sabores que estos platos ofrecen.

COPA: La copa más habitual para un tinto de reserva es la tipo bordelesa que cumple con el formato más habitual que encontramos en hostelería; equilibrada, con cuerpo suficientemente amplio y forma ligeramente más estrecha en la boca.

TEMPERATURA:
La temperatura perfecta está en los 16º c. pero considerando que tras servirse inmediatamente sube un par de grados para ponerse a temperatura ambiente, conviene servirlo en la copa ligeramente por debajo de la temperatura aconsejada para beberlo y que la temperatura ambiente haga su trabajo.


MARIDAJE GRANDES RESERVA:
La elegancia de un vino con larga crianza y la complejidad que ofrece en nariz y boca obliga a emparejarlo con alimentos que tengan las mismas características. Caza mayor, confitados, platos muy elaborados y de materias primas mimadas y especiadas.

COPA:
Un vino que ha estado muchos años en botella, necesitará más tiempo para abrirse y demostrar sus valores. En esto, la forma de la copa y su tamaño pueden ser de gran ayuda. Lo más aconsejable es una copa borgoña; grande, con un cuerpo ancho y un tallo alto pero con pie firme que lo sustente cómodamente,

TEMPERATURA:
Es un vino delicado que muy frío ocultará sus virtudes y, si se sirve a temperaturas altas, la propia volatilidad del alcohol hará que aparezca apagado, No conviene superar los 17º a 18º C. en la copa, por lo que debe salir a la mesa en torno a los 15º a 16º C.


MARIDAJE VINOS NAVARROS:
La variedad con la que está elaborado un vino, tiene mucho que decir con respecto al acompañamiento de la comida. A mayor cantidad de aromas y sabores del vino, mayor complejidad de elaboración.

COPA:
Las nuevas corrientes se dirigen a buscar copas especialmente diseñadas para destacar virtudes concretas y resaltar características positivas. Lo más importante es tener en cuenta que las copas grandes son más importantes para los vinos tintos y las medianas y pequeñas, sirven para destacar las notas frutales.

TEMPERATURA:
Los tintos jóvenes, ligeros y del año, deben moverse en temperaturas que rondan los 12º a 14º C. A medida que la añada del vino se aleja del momento de su degustación, aún siendo joven, se puede subir la temperatura de consumo a 15º y 16º C.


MARIDAJE VINOS CATALANES:
La cocina tradicional de una localidad concreta siempre va bien con los vinos que se elaboran en esa misma zona. Un bacalao a la catalana, con pasas y piñones, por ejemplo, encontrará buen aliado en un tinto de de la zona, con una ligera crianza.

COPA:
Cuando el vino no ha pasado por un período largo de envejecimiento, es probable que podamos apreciarlo en nariz y boca casi de forma inmediata. Para esto, las copas más indicadas son las de cuerpo medio, tipo Burdeos, donde la diferencia del volumen del cuerpo y la boca no es excesiva.

TEMPERATURA:
Al beber un vino, éste entra en contacto con las papilas gustativas del paladar y la lengua. El aumento de la temperatura de la cavidad bucal desprende elementos volátiles que suben por las fosas nasales y que pueden llevar a percibir una sensación ardiente si el vino está a una temperatura elevada.



MARIDAJE VINOS CATALANES:
Un tinto joven de Cataluña con un xató o unos calxots pueden ser buena pareja. Igualmente, un crianza del Penedés donde reina la variedad ull de llebre, con un plato más elaborado da un magnifico resultado. Asimismo, una receta con más ingredientes pide un reserva de un coupage con cabernet sauvignon catalán.

COPA:

Los aromas de flores y frutas de vinos jóvenes suben rápidamente por las paredes internas de una copa, los crianzas exhiben notas más minerales y especiadas que se concentran en el centro de la copa y los aromas más intensos y de madera, más propios de vinos envejecidos, se quedan en la base interior.

TEMPERATURA:
Al beber un vino, éste entra en contacto con las papilas gustativas del paladar y la lengua. El aumento de la temperatura de la cavidad bucal desprende elementos volátiles que suben por las fosas nasales y que pueden llevar a percibir una sensación ardiente si el vino está a una temperatura elevada.

MARIDAJE SOMONTANO:
El gusto se relacionaron las sensaciones que se perciben por la boca, por lo que es importante que a la hora de buscar un vino que acompañe por ejemplo unas típicas chiretas o un suculento recao que además son muy aromáticos, lo emparejamos con un sabroso y equilibrado reserva del Somontano.

COPA: Un tinto con cuerpo y de gran constitución tánica es un vino que puede encontrarse en las zonas elaboradoras aragonesas, en Toro, en grandes reservas catalanes o tintos poderosos del Levante, por citar sólo los más obvios. En ellos, una copa tipo Burdeos ayuda a dirigir el vino hacia el centro de la lengua donde se apreciará mejor, y armoniza los sabores primarios con los taninos y la acidez.

TEMPERATURA:
Un tinto, por lo general, debe beberse entre los 16º y los 18º C. Si la temperatura peca por exceso, la sensación alcohólica es elevada y tapa las virtudes de aroma y sabor.



MARIDAJE CRIANZA RIBERA DEL DUERO:
Un crianza de la Ribera del Duero en compañía una carne con cierta cantidad de grasa, como puede ser un asado castellano, añade una sensación aterciopelada muy agradable a la combinación. Con el queso semi-curado, este tipo de tintos ribereños crean igualmente la misma sabrosa impresión.

COPA:
El vino joven no necesita de grandes rituales para beberse; una copa sencilla de boca ancha es suficiente para degustarlo correctamente. Lo único que no se debe hacer es decantarlo ya que no le hace ninguna falta oxigenarse, ni tampoco tiene necesidad de dejar atrás posibles posos que por edad no los tendrá.

TEMPERATURA:
La más idónea está entre los 15 y 17 º C. Con esta temperatura de servicio no hay margen de error, aunque distintas elaboraciones, requieren de ligeras variaciones. Como no hay leyes escritas infalibles, la experiencia es muy importante para calibrar el punto exacto.



MARIDAJE BARRICA RIBERA DEL DUERO:
Los tintos con un paso de barrica de aproximadamente un año, son vinos que conservan notas de fruta combinados con los aromas de su ligera crianza. Estas dos características son perfectas para acompañar estofados y carnes a la parrilla donde la concentración de sabores es alta. En éste maridaje, es donde mejor se lucen los Riberas del Duero.

COPA:
El tamaño de una copa es importante porque influye en la intensidad y la calidad de los aromas que queremos apreciar. Debe tener una capacidad suficiente como para inhalar cómodamente los aromas que van desprendiendo tras el servicio del vino.

TEMPERATURA:
Al servir un vino tinto de crianza, a una temperatura en torno a 15º C. se está potenciando la sensación equilibrada de alcohol, acidez y dulzor, a la vez que se mitiga la sensación de amargor.


MARIDAJE COSECHA 2OO3 RIBERA DEL DUERO:
La cosecha 2003 en la Denominación de Origen Ribera del Duero, fue calificada como “Muy Buena” por el consejo regulador. Hoy, esta añada se muestra plena de aromas y sabores con una complejidad que la botella ha ido redondeado. Se presenta como gran compañera de platos de cuchara, de guisos de carne y asados.

COPA:
La forma de una copa puede variar el sabor de un vino porque la mayor o menor abertura de la boca, dirigirá el vino hacia un punto u otro del paladar y las zonas donde se reconocen los sabores en la boca, están perfectamente delimitadas y localizados.

TEMPERATURA:
La temperatura hace mucho en la apreciación del vino: a bajas temperaturas la nariz no es capaz de percibir el olor, aumenta la sensación de amargor y aunque disminuye el efecto alcohólico, también solapa la percepción de acidez y dulzor.


MARIDAJE VINOS DE D.O. TORO:
Un vino tinto de variedades autóctonas y de carácter peninsular como un tempranillo, una tinta de Toro, o una tinto fino, darán vinos perfectos para acompañar guisos de cuchara, caza y legumbres.

COPA: El diámetro del borde de una copa determina la forma en que ponemos la cabeza para beber el vino. Las bocas muy anchas obligan a acercarse e inclinarse hacía delante, mientras que las pequeñas, hacen echar la cabeza hacia atrás. Estas posturas conducen el vino hacia una u otra zona de la lengua donde registramos los sabores y hacen que percibamos unos sabores antes que otros.

TEMPERATURA:
Si la botella de vino está demasiado fría cuando llega a la mesa, lo mejor es servir las copas donde rápidamente ganará un par de grados de temperatura para adecuarse a la temperatura ambiente. Esto será suficiente para su correcto servicio.


MARIDAJE V.T. CASTILLA Y LEON:
Los buenos vinos se ven en compañía de platos sencillos porque con éstos, es imposible disimular imperfecciones, defectos y notas discordantes. El enorme potencial aromático de la tempranillo castellana, llamada también cencibel, consigue unos vinos con un aporte frutal que armonizan maravillosamente con la cocina castellana tradicional, las legumbres, cocidos, así como con los embutidos y quesos semi curados y maduros.

COPA:
El 90% de las cualidades de un catador radican en la nariz por lo que hay que servir el vino en copas que faciliten la percepción de aromas, y cuyo peso esté bien compensado para evitar derramar el vino al hacer girar la copa para percibirlos.

TEMPERATURA:
Las alteraciones en la temperatura de los vinos provocan distintas sensaciones. Por esto, no es extraño comprobar como un vino se “comporta” de manera distinta a medida que transcurre el tiempo y va adecuándose a la temperatura ambiente del comedor.


MARIDAJE VALDEPEÑAS:
La ternera, el buey y, en general las carnes sabrosas, se acompañan perfectamente de vinos que tengan buenos taninos y ciertos aromas vegetales y recuerdos herbáceos.

COPA:
Una copa de balón, tipo borgoña, donde su boca es también ancha pero con los bordes ligeramente curvados hacia fuera, es una copa donde el vino gana en luminosidad aunque falsea ligeramente su color, clareándolo.

TEMPERATURA:
Los vinos tintos con cierta edad no deben sobrepasar los 18º C. porque los aromas desarrollados en su fase de envejecimiento, son más delicados y pueden apagarse a temperaturas más altas.


MARIDAJE LA MANCHA:
Los crianzas de la D.O. La Mancha han demostrado ser vinos complacientes, gustosos y con muchas características positivas que, además envejecen muy bien y ganan en complejidad. La alianza más tradicional de un gazpacho manchego con un crianza del mismo origen no tiene rival.

COPA:
Las copas labradas o de color son muy decorativas, pero no benefician la valoración de los vinos. El color de un vino habla de la edad, el momento de evolución en el que está y la limpidez y brilo de su vivacidad. Toda esta información que recibimos a través de la vista; en copas tintadas p biseladas, nos llevarían a confusión.

TEMPERATURA: Aparte de la temperatura de consumo de un vino, conviene tener en cuenta la temperatura del momento en que se va a beber un vino. En verano, no apetecen los vinos envejecidos y en el otoño e invierno, sin embargo se agradecen los vinos con una crianza más prolongada.


MARIDAJE VARIOS EXTRANJEROS:
Hasta no conocer las cualidades de un vino no se puede saber con que alimento casa mejor. Lo que sí es preciso es jamás acompañarlo de platos elaborados con vinagre, sabores amargos como el apio, las alcachofas, o los berros; o platos excesivamente especiados.

COPA:
Lo más interesante de probar vinos distintos es descubrir aromas, sabores y sensaciones diferentes. Una copa de tamaño medio, con un cuerpo amplio, permite revelar los aromas primarios, propios de la uva, al agitarla. Si se repite el movimiento, se potencian los aromas secundarios, propios de la elaboración y, por ultimo, otro movimiento más, evidenciará los aromas propios de la crianza.

TEMPERATURA:
Cuando se trata de catar un vino, conviene hacerlo a la temperatura recomendad exacta, para que no sea la temperatura la que lleve a una impresión equivocada.


MARIDAJE VARIOS EXTRANJEROS:
Lo que peor sienta a los vinos tintos es acompañarlos de alimentos amargos o astringentes, como la berenjena si no está bien preparada, la escarola, o los pepinos y el apio. Con los salados hay que tener cuidado también, porque si el arte del salazón no está equilibrado, el vino aparecerá acre.

COPA:
Una cuestión a tener en cuenta es que los vinos tintos, por su alto contenido alcohólico, piden ser servidos en copas grandes, mientras que los vinos blancos, se lucen más en una copa más pequeña donde se realzan las notas frutales.

TEMPERATURA:
Los vinos jóvenes, con menos cuerpo y que no han pasado por barrica, se beben a temperaturas más frescas que los vinos de más edad y que han permanecido en barrica de madera para su crianza.



MARIDAJE VINOS D.O. JUMILLA:
Los crianzas de l a D.O. Jumilla han demostrado ser vinos complacientes, gustosos y con muchas características positivas que, además envejecen muy bien y ganan en complejidad. La alianza más tradicional de un gazpacho manchego , arroz con conejo y caracoles o simplemente carne a la brasa, con un crianza del mismo origen no tiene rival.

COPA:
Las copas labradas o de color son muy decorativas, pero no benefician la valoración de los vinos. El color de un vino habla de la edad, el momento de evolución en el que está y la limpidez y brilo de su vivacidad. Toda esta información que recibimos a través de la vista; en copas tintadas p biseladas, nos llevarían a confusión.

TEMPERATURA:
Aparte de la temperatura de consumo de un vino, conviene tener en cuenta la temperatura del momento en que se va a beber un vino. En verano, no apetecen los vinos envejecidos y en el otoño e invierno, sin embargo se agradecen los vinos con una crianza más prolongada.



VALENCIA:
Los vinos valencianos cubren un amplio espectro de matices y tipologías. Los más característicos se elaboran con monastrell, bobal y garnacha. Son sabrosos, redondos, cálidos y con notas de fruta madura como en Valencia, o con más nervio como en Utiel-Requena. Los aromáticos rosados, de hermoso color y claro carácter mediterráneo, son frescos y envolventes. Tantos vinos como arroces, se suele decir y, en general, para acertar con el maridaje se debe atender a los ingredientes. Para un arroz de mar y montaña u hortelano; desde un blanco ligero, de macabeo o merseguera, un moderno chardonnay, o un rosado o tinto joven, afrutado y fresco. Una paella con su garrofó y azafrán, gana majestuosidad con un gran reserva de Utiel-Requena o un reserva de la D.O. Valencia. Ambos untuosos y de larga persistencia..



MARIDAJE VINOS DULCES: El chocolate deja de ser enemigo del vino cuando está en compañía de uno dulce. La combinación de ambos termina siendo una alianza suntuosa, acariciante, donde tanto el vino como el chocolate ganan en matices y texturas.

COPA:
La copa conocida como de oporto; pequeña, redonda y de tallo alto, es muy indicada para los vinos dulces. En general, una copa pequeña cuyo tallo permita sujetarla cómodamente es una buena elección para los vinos de postre.

TEMPERATURA:
La temperatura de consumo de un vino dulce no debe sobrepasar los 8º o 9º C. porque, si es mayor, termina resultando pesado.


MARIDAJE CAVAS:
Un vino extraordinario para la antesala de una comida, es el cava. Sus notas características gana en compañía de los aperitivos salados y sus virtudes de ligereza, sabor y persistencia se ven reforzadas con salsas y preparaciones cremosas. Todo esto, sin olvidar que es un gran amigo de pescados y carnes blancas durante una comida.

COPA:
Una copa tipo flauta es la más indicada para degustar un espumoso. En ella se observa perfectamente el ascenso de la burbuja y no se dispersan los aromas delicados que estos vinos tienen.

TEMPERATURA:
La potenciación del carbónico para el desarrollo de aromas en un vino espumoso permite consumirlos más fríos que un vino tranquilo blanco. La temperatura de consumo idónea está entre 4º y 6º C.

VIVENDO EN UN POEMA

Así como un verdor en el desierto,
con sombra de palmeras y agua caritativa,
quizás ser tu amor lo que me sobreviva,
viviendo en un poema después que yo haya muerto.

En ese canto, cada vez más mío,
voces indiferentes repetirán mi pena,
y tú has de ser entonces como un rastro en la arena,
casi como una nube que pasas sobre un río...

Tú serás para todos una desconocida,
tú que nunca sabrás cómo he sabido amarte;
y alguien, tal vez, te buscará en mi arte,
y al no hallarte en mi arte, te buscará en mi vida.

Pero tú no estarás en las mujeres
que alegraron un día mi tristeza de hombre:
Como oculté mi amor sabré ocultar tu nombre,
y al decir que te amo, nunca diré quién eres.

Y dirán que era falsa mi pasión verdadera,
que fue sólo un ensueño la mujer que amé tanto;
o dirán que era otra la que canté en mi canto,
otra, que nunca amé ni conocí siquiera.

Y así será mi gloria lo que fue mi castigo,
porque, como un verdor en el desierto,
tu amor me hará vivir después que yo haya muerto,
pero cuando yo muera, ¡tú morirás conmigo!

LA SIEMBRA

Alza la mano y siembra, con un gesto impaciente,
en el surco, en el viento, en la arena, en el mar...
Sembrar, sembrar, sembrar, infatigablemente:
En mujer, surco o sueño, sembrar, sembrar, sembrar...

Yérguete ante la vida con la fe de tu siembra;
siembra el amor y el odio, y sonríe al pasar...
La arena del desierto y el vientre de la hembra
bajo tu gesto próvido quieren fructificar...

Desdichados de aquellos que la vida maldijo,
que no soñaron nunca ni supieron amar...
Hay que sembrar un árbol, una ansia, un sueño, un hijo.
Porque la vida es eso: ¡Sembrar, sembrar, sembrar!