miércoles, 22 de septiembre de 2010

YO NO QUIERO SER EMPRESARIO.

Con el 20% de paro en España y una generación joven bien preparada para nadie, resurge el discurso de la iniciativa, del autoempleo y del emprendimiento. Pero no hay estímulos. La gente lee el periódico y ve cuánto mejor es ser asalariado que empresario y, según dónde, pensionista que trabajador.
Los informes de Hacienda aseguran que los pequeños empresarios y profesionales liberales declaran ingresos medios anuales inferiores a 12.000 euros, la renta de un mileurista. Vale más ser mileurista por cuenta ajena que por cuenta propia. En Baleares los pensionistas declaran, de media, 6.222 euros más que los profesionales y pequeños y medianos empresarios.
Así no hay manera de crear vocaciones empresariales pero, con los mismos datos y un enfoque positivo, sincero y de alegría liberal, la cosa cambia.
Oímos en cátedras y tabernas que a nadie le gusta pagar impuestos.
Convirtámoslo en una ventaja: "Hazte empresario y no pagarás a Hacienda". Si te va mal, podrás evadir. Si te va bien, alcanzarás esos ingresos en los que el tipo se detiene y tendrás fórmulas de desgravación. ¿Complicado? No, hombre. Tú eres pobre, compras un necesario felpudo y en esa acción gastas dinero y pagas impuestos. Tú eres rico, compras un valioso tapiz para tu disfrute, que es una inversión, y si le quitas los ácaros, desgravas. Así aumentas su valor, quedas como un señor y con tu dinero mantienes patrimonio artístico en vez de a chusma de distintas edades y mala salud, como habría hecho el Estado en algún porcentaje.
Cuando eres rico, el Estado no quiere tu dinero. Zapatero, tan rojo y resentido, proclama que no merece la pena subir los impuestos a los que más tienen, que esta crisis ya la pagamos entre los demás. Tienen razón los liberales. No hay que dar dinero al Estado. El que cumple con Hacienda es gilipollas por incompetencia o por vocación.

jueves, 9 de septiembre de 2010

EL PROFESOR NEIRA

De la misma manera que los medios de comunicación elevaron a los altares más elevados al profesor Neira, de la noche a la mañana lo hundieron en los infiernos y, la verdad, no creo que esto sea justo. No voy, desde luego, a justificar una acción que es reprochable como es el conducir bajo los efectos del alcohol, presuntamente, pero sí quiero dejar claro que esto nada tiene que ver con la defensa de una mujer que estaba siendo maltratada por un hombre. Ahí están las imágenes que lo demuestran y la sentencia que así lo afirma.
Jesús Neira tuvo la valentía de interponerse entre un hombre violento y una mujer vapuleada y se interpuso para evitar que esta mujer sufriera maltrato. Esta acción le costó muchos meses de hospital, un coma del que salió con muchas secuelas, algunas de ellas irrecuperables y lesiones tanto físicas como sicológicas.
Nada tiene que ver una cosa con otra. Me podrán decir que Neira usa un tono de voz para hablar que a veces sorprende, que utiliza términos que parecen o son de prepotencia, pero todo ello no nos puede hacer olvidar que Neira casi pierde su vida en la defensa de una mujer. Al principio y en el hospital me pareció un hombre sorprendido por todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor, le extrañaba que todos los medios de comunicación estuvieran al tanto de su estado de salud, que las personas le reconocieran por la calle y comenzó a ser agasajado por todos, premiado por todos y poco a poco, creo, empezó a perder el contacto con la realidad, a olvidar que su fama iba unida inexorablemente a la lucha contra la violencia de género.
Es cierto que algún medio de comunicación empezó a sacar trapos sucios que vaya usted a saber si son o no ciertos y que se politizó el asunto, dichosa política. Algunos periodistas empezaron a desacreditarlo, a discutir en tertulias muy conocidas y seguidas por muchas personas la figura del profesor. Olvidaban que el profesor no era más que una persona con las mismas virtudes y los mismos defectos que todas las demás, pero a las demás personas no se nos lee la cartilla en una tertulia televisada, hecho éste que debe ser muy duro hayas hecho lo que hayas hecho.
No destruyamos a los "Neiras", a esos hombres que luchan contra la violencia de género, no destruyamos a esos hombres que impiden y ayudan a todas las mujeres, que ayudan en las calles y en las casas. Si nosotros, los hombres no nos implicamos, no erradicaremos esta lacra que tanto daño hace a nuestra sociedad, no podremos arrinconar a los violentos. ¡Los violentos donde mejor están son en soledad!

domingo, 5 de septiembre de 2010

NOSOTROS, LOS ABUELOS.

Cuando tengo ocasión (y cada vez tengo más), de hablar con personas de mi edad y de mi condición de abuelo, siempre surge el comentario sobre el papel que siguen desempeñando en la familia los abuelos. Todos reconocen que les encanta hablar y convivir con los nietos pequeños. Me da la impresión de que el motivo es doble y recíproco: necesitamos amar y ser amados, pero con ese amor especial de nosotros los mayores a sus nietos pequeños, y con el cariño de los nietos a sus abuelos. Existe una sintonía entre abuelos y nietos que hace que nosotros trasmitamos nuestras ideas, nuestros sentimientos, nuestras voluntades a los pequeños con tal cariño y fuerza persuasiva que logramos la comprensión y la obediencia de los pequeños con alegría y sin resistencia. A los abuelos no nos faltan detalles generosos, como hacer regalitos oportunamente, que encantan a los nietos. Estos corresponden con un cariño y una docilidad que nos entusiasman. De estos contactos quedamos satisfechos unos y otros. Por eso nosotros los abuelos, buscamos motivos para estar con los nietos y jugar con ellos, salir a pasear con ellos y tantos otros contactos que nos hacen felices. A su vez, los nietos piden repetidamente a sus papás que los lleven a ver y a estar con sus abuelitos porque psicológicamente necesitan sus palabras de cariño, sus consejos, sus detalles tan queridos, que luego comentan los hermanitos entre sí e incluso con los papás. En nuestro tiempo, el papel de los abuelos con sus nietos es especialmente indispensable, porque los papás de los niños suelen salir de casa a trabajar por las mañanas, y en la mayoría de casos no vuelven a casa hasta la noche, y los niños necesitan la presencia de los abuelos, que los llevan o los traen del colegio, hablan con ellos, los ayudan en todo, están con ellos, porque disponen de tiempo suficiente. El peligro único que puede estropear la convivencia es abusar de los abuelos. Estos tienen también cosas que hacer y necesitan poder vivir tranquilamente, porque encima carecen de la fuerza y energía que tenían cuando eran jóvenes, que son precisamente las que le sobran a los nietos. Sería un error por parte de los papás utilizar a los abuelos a modo de niñeras o de criados de casa. Hay que hacer todo lo contrario. Hay que mostrarles respeto, agradecimiento y delicadeza. Así se mantienen unas relaciones que son fuente de felicidad para todos.

sábado, 4 de septiembre de 2010

EL VINO QUE TIENE ASUNCIÓN...

Frase lapidaria la de Antoni Asunción, a la sazón ex ministro socialista que ahora quiere aguarle la fiesta a Jorge Alarte en la Comunidad Valenciana. «Hay acomodo. No se busca tanto ganar como mantener el empleo». Es un resumen perfecto de las actitudes y comportamientos de la gran mayoría de los dirigentes del PSOE, aplicable no sólo a los valencianos, sino también al resto de aquellos miembros del partido que mal dirigen las comunidades autónomas y administraciones públicas que gobiernan, que peor ejercen la oposición en aquellas en las que no son mayoría, y que catastróficamente rigen los destinos del Estado. Ha acertado de pleno al definir la característica común de todos los miembros de la casta política nacional, en la que hay que incluir, cómo no, a los de los restantes partidos. Viene a confirmar lo que los españoles sabemos y pensamos de aquellos que tan funestamente nos representan: la búsqueda incansable del beneficio personal, el acumular puestos y sus consiguientes prestaciones, el favorecer intereses particulares y/o familiares, el derrochar favores reintegrables en forma de contratos a allegados o empresas, el garantizarse retiros dorados donde trabajar aún menos, el llevárselo directamente y sin intermediarios mediante comisiones y sobornos y el perpetuarse en el cargo hasta el final de los tiempos son los objetivos más importantes de los componentes de esta lacra desde que aspiran a llegar al poder.
Lo que ha dicho da para mucho. Ya que se lleva lo de la memoria histórica, cambiar el heroico «no pasarán» de la izquierda española en la Guerra Civil por el «no me moverán del cargo» de los actuales socialistas invita a que los que sienten y piensan en rojo dinamiten la dirección actual antes de que ésta destruya con su traición todos sus principios. Ahora bien, cabe considerar que el antaño ministro está en el mismo paquete que aquellos a los que ha dedicado su frase. O no. Haciéndolo fácil uno no puede evitar canturrear «el vino que tiene Asunción, ni es blanco ni es tinto ni tiene color». Igual es más vinagre del malo con el que seguir inundando y amargándonos la vida. O igual hay que bebérselo en un cáliz sagrado y bendecir su aroma. Ya se verá.