martes, 30 de marzo de 2010

RECORDARÁS ALGÚN DÍA...

Recordarás algún día a aquel extraño amante
que te besó en la frente para no hacerte daño.
Aquel que iba en la sombra con la mano vacía,
porque te quiso tanto que nunca te lo decía.
Aquel amante loco que era como un amigo,
y que se fue con otra para soñar contigo.

Recordarás algún día a aquel extraño amante
profesor de horas lentas, con alma de estudiante.
Aquel hombre lejano que volvió del olvido,
sólo para quererte como nadie te ha querido.
Aquel que fue ceniza de todas las hogueras,
y te cubrió de rosas, sin que tú lo supieras.

Recordarás algún día al hombre indiferente
que en las tardes de lluvia te besaba la frente;
viajero silencioso de las noches de estío,
que sembraba en la arena su corazón tardío.
Recordarás algún día a aquel hombre lejano,
el que más te ha querido, el que te quiso en vano.

Quizás, así, de pronto, te acordarás algún día
de aquel hombre que a veces callaba y sonreía.
Tú rosal preferido se secará en el huerto,
como para decirte que aquel hombre se ha muerto.
Y el andará en la sombra, con su sonrisa triste.
Y únicamente entonces sabrás que lo quisiste.

domingo, 7 de marzo de 2010

LA BULA ESPECIAL DE LAS MOTOS

No abrigo inquina especial alguna contra los moteros en general, aunque en particular más de uno se la habría ganado a pulso. Por los sobresaltos que nos provocan a los conductores normalitos adelantándonos por la derecha, haciendo zig-zags kamikazes entre los vehículos en los embotellamientos, atronando la ciudad día y noche con sus escapes libres, ocupando toda la calzada en formación de a cuatro y circulando por la autovía como Pegasos desbocados a doscientos kilómetros/hora tirando por lo bajo, que los ves por el retrovisor venírsete encima como centellas y te entran tales sudores que te echas al arcén sin pensártelo dos veces.
Se lamentan de que los “quitamiedos” degüellan y razón llevan, desde luego; pero lo que casi nunca reconocen es su forma de conducir, más propia de un circuito de carreras que de una autovía o autopista cargada de tráfico y con limitación de velocidad de 100 o 120. Limitación que raro es el motero que yo haya visto respetar, con la única excepción de los currantes que van al tajo por el arcén, a lomos de una motocicleta costrosa llena de desconchones.
Pero lo que me hace preguntarme es si las motos disfrutan de alguna bula especial vedada a los vehículos de cuatro ruedas en los aparcamientos. Y dejadme explicar, para los jóvenes que no han conocido aquellas cuaresmas sagradas que si comías carne ibas de cabeza al infierno, que de dicha obligación te podías librar, exceptuando los viernes, mediante el pago previo de unos papelitos que la Santa Madre Iglesia, a cambio de dinero contante y sonante, concedía. O sea, que si tú pagabas podías tirarte la cuaresma hinchándote a chorizos, panceta y lomo de orza, pero si no tenías un real para comprarle a los curas la bula que eximía del sacrificio, te pasabas la cuaresma a base de sardinas de bota.
Pues digo yo, volviendo a las motos, que alguna bula especial deben de tener, visto que en la ciudad aparcan donde les da la gana quitándole el espacio a los coches, aunque al lado haya una calle entera de aparcamiento moteril vacío, y no hay guardia que les ponga una triste multa. Pero déjate tú el coche diez minutos en el sitio de las motos para ir a la farmacia, un suponer, y cuando vuelves te encuentras en la acera el triangulito amarillo de la grúa; y al ir a recoger tu coche al depósito, por supuesto te encuentras también con la multa que, sumada a lo que tienes que pagar por retirar tu vehículo, te descabala el mes y la mitad del siguiente.
Si queréis comprobarlo por vosotros mismos, no tenéis más que daros una vueltecita por las calles más importantes de vuestra ciudad. La paciencia del santo Job hay que gastar para buscar aparcamiento durante tres cuartos de hora, y al final te tienes que ir donde casa-dios a dejar el coche. Y creerme, no hay cosa que te cabree más, a pleno sol (cuando hace, que ese es otro cantar) y con los brazos echando humo por las bolsas del Mercadona, que ver vacío el aparcamiento reservado para motos y los mismos aparcados en los lugares donde deberían estar aparcados los coches. Habéis visto alguna vez que haya venido la grúa a retirar alguna moto mal aparcada? Hacer lo mismo vosotros aparcando en el lugar destinado para ellos y veréis cuanto tiempo tarda la misma en aparecer, multaros y cobraros el “traslado” que son 120 euros.
¿Entendéis ahora por qué me planteo si es que las motos tienen alguna bula especial secreta que desconocemos?