La mujer que yo quiero es un pedazo de cielo en mis manos, es un rayito
caliente de sol que abriga mi alma dormida... La mujer que yo quiero es un
minuto de paz en medio de la más sangrienta guerra, es la lluvia mojando el
suelo reseco de un campo cultivado...
La mujer que yo quiero es capaz de secar hasta la última de mis lágrimas
con su sonrisa, y a la vez es capaz de provocarme el mayor de los llantos sólo
con decirme que me ama en el momento que más lo necesito...
La mujer que yo quiero es el ser que comprende más allá de la mirada, más
allá de lo físico y lo elemental... ella sabe dibujar esperanzas, mañanas
fascinantes, viajes estelares y encuentros sublimes con sólo cerrar sus ojos y
dejarse llevar... y llevarme con ella...
Ella provoca que mi alma se eleve por los cielos y encuentre la suya en una
nube esperando por mí, con su hermosa juventud y sus manos abiertas para
recibir las mías...
Ella conoce mis temores, mis deseos, mis miedos... ella sabe cuando siento
pena, dolor, angustia y cuando estoy feliz...
La mujer que yo quiero me sacó del letargo, me mostró que en la Tierra hay
ángeles sin alas que caminan a nuestro lado, que velan por nosotros de una
manera especial... que aunque no podamos distinguirlos o verlos, ellos están
siempre cuidando de nosotros...Ella es ese ser tan especial que puso Dios en mi
camino...
La mujer que yo quiero... es invisible a mis ojos todavía... pero es tan
concreta en mi corazón que sin verla la veo, que sin tocarla la toco, que sin
besarla la beso, que sin poder hacerle el amor la siento dentro de mí...
Yo sé que esta mujer a la que quiero tanto es tan especial, que no me
imagino vivir sin ella, que sin haberme pertenecido nunca, se aleje de mi
lado... pero estoy tan feliz de amarla que solo me importa darle gracias a Dios
por haberme permitido encontrarla, conocerla, disfrutarla y sobre todo
respetarla...
Amor, si tan solo pudiera abrirme el pecho y darte todo mi corazón... si
tan solo pudieras ver que en él late furioso mi amor por ti... si tan sólo
pudiera regalarte ese soñado amanecer, y despertar contigo envueltos en ese
manto de ternura que brota de nuestras almas... sería la persona más feliz del
universo...
Amor mío... seguiré soñando con ese día... seguiré pidiéndole a Dios por un
momento a tu lado, por una caricia de tus manos, por un beso de tus labios...
Y si Dios no puede concederme ese deseo, seguiré deseándote en el silencio
de mi alma, seguiré dibujando tu rostro en mi almohada... y encontraré la forma
en que algún día de esta corta vida se unan tus ganas y las mías en un abrazo
tan dulce, tan apretado que lo triste y lo temido habrán desaparecido para dar
paso a la mayor felicidad de mi vida... ¡HABERTE ENCONTRADO EN CUERPO Y
ALMA!...
Y así poder decirte que te quiero... amor mío.
Dios te bendiga hoy y siempre
1 comentario:
La mujer que usted quiere se tiene que sentir supersatisfecha. Que bonito poema, cuanto amor y cuanta sensibilidad expresa usted en él. La verdad es que escribe cómo los ángeles, suponiendo que los ángeles escriban. Siga deleitándonos con sus escritos, a partir de ahora tiene otra fan.
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