El día de la madre de éste año ya es el suyo. Aún no han parido, pero las criaturas que llevan dentro tensándoles las paredes del vientre y cargándoles las piernas les hacen ocupar el papel protagonista de la festiva fiesta. Se sienten raras todavía, aún hay momentos en los que inevitablemente, creen que la nueva responsabilidad les viene grande. Tienen miedo al hecho físico del nacimiento también, y a ello contribuye esa costumbre moderna de proporcionarles en las clases de preparación al parto deuvedés con imágenes explícitas y sangrientas, incluso de cesáreas. ¿Es necesaria realmente esa información exhaustiva? Y sobre todo, ¿es útil? ¿Acaso antes de una operación de apendicitis o de resección de mama se muestra al paciente la carnicería quirúrgica a la que será sometido? Tal vez habría que reconsiderarlo.
Esas madres primerizas, sólo por el hecho de decidirse a traer un hijo al mundo en estos momentos ya son dignas de admiración. Son auténticas madres coraje, con más valor que el Alcoyano. Se atreven a echar sobre sus espaldas la carga (dulcísima, pero carga) de una nueva vida que tendrán que sacar adelante contra viento y marea, en tiempos duros de crisis. En más casos de los que imaginamos su preñez les ha supuesto perder el trabajo precario que desarrollaban, muchas veces con contratos renovados semanalmente, sobre todo si trabajaban en la hostelería. Así que se enfrentan a la maternidad a cuerpo limpio, sin cobertura económica, sin los meses de baja maternal, agarrándose al clavo ardiendo de los 2.500 euros de Zapatero como si esa cifra fuera de goma y pudiese estirarse hasta el infinito.
Si tienen suerte y su compañero no ha ido a engrosar las listas del paro, que en estos tiempos casi es un prodigio, lo más común es que ese compañero sea mileurista. Y que, confiados en los parcos sueldos que los dos sumaban antes del embarazo, la familia recental esté lastrada por los pagos mensuales de las compras que habían ido realizando a plazos, para que la casa cobrase forma cálida de hogar común. Así que las nuevas madres se pasan horas con un boli en la mano intentando cuadrar cuentas imposibles, calculando de dónde podrán detraer unos euros para la hipoteca, la comunidad, la luz, el agua, el teléfono, la gasolina del coche…
Con tanto problema acumulado, a ratos hasta se les olvida lo principal: el glorioso milagro que transportan. Les angustia completar a tiempo el ajuar del aún no nacido, la canastilla, la cuna, el cochecito, el marsupio para transportar al bebé sujeto al cuerpo cuando tengan que subir y bajar con él los ochenta escalones de su cuarto piso sin ascensor. Así que a ratos a estas madres corajes se les viene el mundo encima y desearían volver a ser sólo hijas. Volver, incluso, a ser niñas que preparan en el colegio un primoroso dibujo florido para llevar a casa en el Día de la Madre.
Y por si les faltaba algo, ha venido a aterrarlas más el fantasma sombrío de una pandemia mundial que amenaza la salud de sus hijos, aún antes de nacer. Todavía no han parido y ya saben lo que es desvelarse por un hijo, sentir pánico por su seguridad, desear que el mundo se detenga para que a su bebé no le haga daño nada. Acaban de aprender a marchas forzadas lo que duele el amor. Lo que duele ser madres. Por eso es necesario transmitirles que no hay nada más bello, ni más gratificante, ni más absoluto que ese dolor de amor. Por eso, cada vez que nos las crucemos por la calle caminando un poquito entorpecidas por el peso de su redondez, hay que hacerles sentir con un guiño cómplice que ellas son el centro del universo, la raíz del futuro, la simiente de la alegría, la puerta sumiso de la esperanza del mundo. Todas ellas. Y en especial vosotras dos, Marisol y Mari Ángeles, hija y nuera, que también habéis parido a dos de mis tres preciosos nietos en tiempos de crisis.
Soy el resultado de mi día a día, de mis sentimientos, de mis emociones. Soy el resultado de mi dolor, de mis alegrías, de mis angustias y de mis melancolías. En mi etapa laboral he vivido poco, he amado demasiado y he sufrido todo lo que he amado.
miércoles, 6 de mayo de 2009
sábado, 25 de abril de 2009
ASÍ ES MI ESPOSA...
Éste pretende ser un pequeño homenaje a la persona más importante de mi vida, mi esposa, en nuestro treinta y ocho aniversario de bodas, y digo pequeño porque así lo es con respecto a todo lo que ella se merece. Gracias a ella tengo a mis hijos y mis nietos, mi mayor riqueza, todo lo que en la vida alguien hubiese podido soñar. Espero que Dios nos conserve la vida durante mucho tiempo a ambos, para poder seguir celebrando aniversarios juntos, junto a los nuestros.
Dios creador de todo el universo,
con sus propias manos quiso construir,
una flor maravillosa...Y crear el verso
para yo en versos su obra describir.
Quiso hacerla única...Bañada de nobleza
que como ella en el mundo no existieran dos
derramó sobre ella, virtud, amor, belleza...
Una obra creada por el mismo Dios.
Con un rayo de sol confeccionó su pelo
y para hacer su obra aún más bella...
Alargó su brazo y desprendió del cielo
para hacer sus ojos...Dos mágicas estrellas.
Quiso darle de las noches el encanto
y de los días su mágico esplendor...
Que fueran como perlas las gotas de su llanto
y hacer de su figura un símbolo de amor.
Que quien mire a sus ojos descubra en ellos
la luz de un cirio que brilla intensamente,
irradiando como el sol los mágicos destellos
de un faro que brilla con luz incandescente.
Diáfana como el agua de una fuente
que ni al calor del fuego la rebosa…
¡Así es ella! Fuente de luz intermitente
un astro del cielo, así es mi esposa.
¡Así es ella! Dulce, Sensual, Sutil...
Con carácter fuerte e ingeniosa,
flor primaveral del mes de Abril
¡Así es ella!...Así es mi esposa.
¡Así es ella!...Sutil...Dulce...Sensual
Romántica...Seductora...Cariñosa,
como ella...No...No hay otra igual
sólo hay una...Una sola...Mi esposa.
¡Así es ella!...Venus con Minerva combinada
ella es para mí especial...Es mi mujer primorosa…
Una princesa...Una Reina... Quizás un Hada
Si...¡¡Sólo hay una...!!Y ésa es MI ESPOSA.
Dios creador de todo el universo,
con sus propias manos quiso construir,
una flor maravillosa...Y crear el verso
para yo en versos su obra describir.
Quiso hacerla única...Bañada de nobleza
que como ella en el mundo no existieran dos
derramó sobre ella, virtud, amor, belleza...
Una obra creada por el mismo Dios.
Con un rayo de sol confeccionó su pelo
y para hacer su obra aún más bella...
Alargó su brazo y desprendió del cielo
para hacer sus ojos...Dos mágicas estrellas.
Quiso darle de las noches el encanto
y de los días su mágico esplendor...
Que fueran como perlas las gotas de su llanto
y hacer de su figura un símbolo de amor.
Que quien mire a sus ojos descubra en ellos
la luz de un cirio que brilla intensamente,
irradiando como el sol los mágicos destellos
de un faro que brilla con luz incandescente.
Diáfana como el agua de una fuente
que ni al calor del fuego la rebosa…
¡Así es ella! Fuente de luz intermitente
un astro del cielo, así es mi esposa.
¡Así es ella! Dulce, Sensual, Sutil...
Con carácter fuerte e ingeniosa,
flor primaveral del mes de Abril
¡Así es ella!...Así es mi esposa.
¡Así es ella!...Sutil...Dulce...Sensual
Romántica...Seductora...Cariñosa,
como ella...No...No hay otra igual
sólo hay una...Una sola...Mi esposa.
¡Así es ella!...Venus con Minerva combinada
ella es para mí especial...Es mi mujer primorosa…
Una princesa...Una Reina... Quizás un Hada
Si...¡¡Sólo hay una...!!Y ésa es MI ESPOSA.
sábado, 18 de abril de 2009
NOS ENAMORAMOS PORQUE...
No nos enamoramos de alguien por casualidad, el enamorarse responde a una serie de estructuras mentales donde ubicamos a las personas que nos atraen. Para aprender a amar y dejar de sufrir debemos entender los principios psíquicos y orgánicos de este sentimiento. Generalmente cuando tratamos de entender por que nos enamoramos o porque nos sentimos así, solo logramos unir el corazón con la mente llegando a racionalizar el sentimiento. Las afirmaciones más usuales nos dicen que el amor no se entiende, solo se siente, que no se debe analizar, sino disfrutar, que no existe la lógica en el romanticismo. Más bien se inclina a pensar que el amor es como un juego de azar, donde a cada uno le toca o no, enamorarse. Cuando nos sometemos a esta última afirmación, comenzamos a entender al amor como un sentimiento que se genera de la nada y que desaparece de la misma manera, todo lo dejamos librado al azar y es ahí cuando nos sometemos a sus caprichos y nos resignamos a ser felices o no, según la suerte que hayamos tocado. Cuando entendemos al amor como un juego de azar dejamos de lado los complejos procesos mentales que hacen que nos enamoremos. Esta idea mágica de los sentimientos se torna peligrosa, y es una de las causas principales del mal de amores. Generalmente vivimos el amor como mártires, siendo víctimas de nuestros propios sentimientos, disfrutando a pleno cuando las cosas salen bien o sufriendo terriblemente cuando las cosas no salen como queremos.
Para lograr mantener vínculos sanos y poder amar sin sufrimientos, debemos comprender el amor, lo que significa, lo que representa, como se produce, como se experimenta y como funciona. Debemos tener en cuenta que la emoción y la razón no son nociones enfrentadas sino que se complementan si se las mezcla adecuadamente.
El amor aparece tras una reacción de nuestra mente ante la presencia de otra persona, a partir de una serie de vivencias de nuestra historia personal, edad, gustos, formas de vida, valores aprendidos y otras estructuras psicológicas que nos permiten cómo, por qué y de quién nos enamoramos. Si bien cada uno siente de determinada manera frente a una persona, producto de un complejo condicionamiento, podemos analizar algunas variables en las cuales podemos conseguir algunas respuestas a nuestra forma de amar.
Psicología del amor:
Para la psicología el enamorarse de una persona y no de otra, está prefijado en un mapa mental que elabora cada persona. Para Freud lo que mide el grado de enamoramiento es el instinto de ternura, que no se dirige a la satisfacción sexual directa. También dice que todos los objetos de los cuales nos enamoramos se basan en algunos rasgos de nuestras primeras relaciones, de manera tal, que la persona elegida es idealizada y no se la somete a ninguna crítica. Otros psicoanalistas consideran que el enamoramiento es un proceso de maduración, que sucede al encontrarnos con alguien que nos ayuda a crecer. Cuando un hombre se enamora debe existir un malestar presente, una lenta acumulación de tensión, gran energía vital y un estímulo adecuado en el camino que este hace para edificar su identidad, donde una mujer perdida queda en el inconsciente y ansía encontrarla. En el caso de una niña que se enamora, es que ha perdido al príncipe de sus cuentos infantiles y aparece representando el hombre de sus sueños. Según otras opiniones, antes de que aparezca el verdadero amor, ya se han elaborado las características esenciales de ese ser a quien vamos a amar. Esto se debe a que entre los 5 y 8 años, se realizan asociaciones con amigos, miembros de la familia, con experiencias o hechos accidentales, que hacen desarrollar los mapas mentales que permiten clasificar a las personas que luego amaremos. Estudios sociológicos han demostraron que ciertos patrones se repiten en personas de distintas culturas. Se han estudiado también, los componentes del deseo y se ha comprobado que toda la gente busca en su pareja la comprensión, la amabilidad, la inteligencia, la confiabilidad, la estabilidad emocional, que sea atractiva, poco exigente y sana. En otras culturas se especifican rasgos especiales para establecer un vínculo amoroso, para los chinos es indispensable la virginidad, mientras que para la mayoría de los holandeses y suecos es una condición irrelevante. También se repiten en distintas culturas diferencias universales entre el hombre y la mujer a la hora de elegir una pareja. Las mujeres buscan hombres ambiciosos con una buena posición económica o por lo menos con el potencial para llegar a ella, una posición social decente y generalmente que sean unos años mayores. El hombre, en cambio, busca el atractivo físico, la juventud, características de fertilidad y reproducción. Aparece también el problema que no todas las personas cuentan con una lista completa de las cualidades deseadas, es aquí cuando surge decir que el amor es ciego. Existe también la ley del equilibrio, donde las personas deseables buscan personas con las mismas características, como las persona inteligentes y eruditas, buscan personas con estas características para poder compartir con ellas sus ideas y sus conocimientos.
La admiración:
A pesar de lo que creemos la admiración está muy cerca del amor. Esta se aproxima a la fascinación, y cuando encontramos un atributo que admiramos en una persona inmediatamente dirigimos nuestra atención a ella. Esta admiración nos hace dejar de lado el aspecto físico, ir a un nivel más íntimo y menos superficial. Decimos que nos estamos enamorando cuando superamos esa admiración, que casi siempre es a nivel inconsciente, y comenzamos a profundizar nuestros sentimientos.
La admiración es más firme que la sola atracción física, ya que además del deseo, implica la amistad y la afinidad. Cuando aparece la admiración, el sexo deja de ser lo más importante y pasa a se un complemento. Es así como una persona brillante, que no es bella físicamente, puede llegar a deslumbrarnos por su intelecto de tal manera, que nos resulte atractiva, no garantizando el deseo, pero, crea una fuerte posibilidad.
La afinidad es otra condición que hace atractiva a una persona, permite la comprensión mutua, no exige explicaciones, ni causa malentendidos. Una buena base para el amor es el entendimiento mutuo y los gustos similares. La persona se hace más atractiva cuando se crea una simbiosis entre la persona y el placer de la afinidad.
El aspecto físico y el amor:
A pesar que la afinidad y la admiración son esenciales para el amor verdadero, también lo es el aspecto físico. Cuando la admiración y la afinidad se presentan sin deseo sexual no se supera más que una muy buena amistad, es cuando sentimos ser hermanos del alma. Los desencuentros amorosos y las frustraciones surgen cuando una de las personas siente amor verdadero y la otra no se siente atraída de la misma manera. Si bien el aspecto físico es lo primero que nos atrae de una persona, nos enamoramos profundamente de la personalidad más que de un cuerpo. La atracción física depende de numerosos factores que se vinculan a la experiencia social de cada sexo. Así se da que una mujer con gran atractivo físico, para escalar en su imagen social, suele buscar un hombre con muy buena posición económica. Lo mismo ocurre para el hombre, logrará escalar en el mundo social si conquista a una mujer atractiva. Estas relaciones se tornan peligrosas cuando se llega a los extremos, por ejemplo, una mujer no conseguirá el amor verdadero si no mira más allá del contexto en que se presenta un hombre, y un hombre no sentirá más que frustraciones y rechazos, si solo le atraen mujeres jóvenes, delgadas, altas, con imagen de modelos. Hay que tener en cuenta que si bien, es importante el atractivo físico y las apariencias, estas no nos aseguran el amor.
La química del amor:
Se debe establecer que, además de las estructuras mentales que hacen que nos enamoremos, existe en el amor un componente químico. El estado de enamoramiento está determinado por descargas neuronales, reacciones emocionales y hormonales. Cuando nos encontramos con la persona indicada, el sistema nervioso comienza a enviar mensajes a todas las glándulas del cuerpo, por medio del hipotálamo. Inmediatamente aumenta la producción de adrenalina por intermedio de las glándulas suprarrenales. Es así como empezamos a sentir numerosos cambios, aumenta la presión arterial, se incrementa la capacidad muscular, liberándose grasas y azúcares, la frecuencia cardiaca comienza a aumentar llegando a 130 pulsaciones por minuto, se mejora el transporte de oxígeno a través de la sangre, ya que hay aumento en la producción de glóbulos rojos. Muchos consideran al amor como una enfermedad, porque provoca en el organismo una reacción tan intensa que se asemeja a otras patologías. Cuando aparece el amor, el sistema nervioso comienza a enviar órdenes a todo el organismo y el intelecto no puede hacer nada, es así como se ven afectados los folículos pilosos, las glándulas sudoríparas y las lagrimales, el músculo intestinal, la vejiga y los genitales.
Hay determinados compuestos químicos que produce el organismo y éstos se combinan entre sí de tal manera que los enamorados no sienten cansancio o sueño cuando están juntas. Científicamente está comprobado que, cuando nos enamoramos en el cerebro se produce una sustancia llamada feniletilamina, que es un compuesto que proviene de las anfetaminas, también el cerebro segrega dopamina, responsable de desear algo y de repetir cualquier acción que nos provoque placer, además de norepinefrina y oxiticina, que maneja el deseo sexual. La feniletilamina disminuye cuando aparece una desilusión amorosa, y es así que se produce un síndrome de abstinencia, que lleva en muchos casos, al consumo de chocolates que es el alimento más rico en feniletilamina. Mientras dura el amor, la actividad de esta sustancia permanece en el cerebro durante dos o tres años o en algunos casos un poco más. Cuando se termina este proceso es cuando se termina el amor. Sabemos también que tras el enamoramiento sobreviene la etapa donde el compañerismo el respeto, la tolerancia, la admiración, pasan a ser las bases de una relación que puede durar muchos años y ser muy feliz.
El amor y sus tres elementos:
En una pareja que se une coexisten tres elementos o factores emocionales que se relacionan con el deseo, definido por Eros: es el amor pasional, el deseo sexual, el enamoramiento, la posesión. Aquí se desarrolla la faceta egoísta, donde se manifiesta el Yo que desea, que quiere poseer, que anhela ser el único. Por condición natural, Eros es conflictivo y dual, ya que en el mismo instante nos puede elevar al cielo o al infierno; con la ternura, definida por Ágape: es la ternura, el amor que no pide nada a cambio, la suavidad. Es el amor de entrega, libre de egoísmos, es el amor de la bondad. No se trata de un amor irreal o ideal, sino todo lo contrario, es capaz de amoldarse a la otra persona sin que esto sea un sacrificio; y la amistad, definida por Philia: trasciende el Yo, para formar la pareja Tú y Yo, donde la emoción principal es la alegría de compartir, la reciprocidad para estar tranquilos y pasarla bien. No aparece el placer como un sentimiento egoísta. Los momentos de felicidad, de esta pareja que se ha formado, se deben al equilibrio de estos tres elementos. Cada una de estas partes es primordial en el desarrollo del amor verdadero y es imprescindible para el comienzo de la atracción y la posterior relación basada en la afinidad y el amor.
Para lograr mantener vínculos sanos y poder amar sin sufrimientos, debemos comprender el amor, lo que significa, lo que representa, como se produce, como se experimenta y como funciona. Debemos tener en cuenta que la emoción y la razón no son nociones enfrentadas sino que se complementan si se las mezcla adecuadamente.
El amor aparece tras una reacción de nuestra mente ante la presencia de otra persona, a partir de una serie de vivencias de nuestra historia personal, edad, gustos, formas de vida, valores aprendidos y otras estructuras psicológicas que nos permiten cómo, por qué y de quién nos enamoramos. Si bien cada uno siente de determinada manera frente a una persona, producto de un complejo condicionamiento, podemos analizar algunas variables en las cuales podemos conseguir algunas respuestas a nuestra forma de amar.
Psicología del amor:
Para la psicología el enamorarse de una persona y no de otra, está prefijado en un mapa mental que elabora cada persona. Para Freud lo que mide el grado de enamoramiento es el instinto de ternura, que no se dirige a la satisfacción sexual directa. También dice que todos los objetos de los cuales nos enamoramos se basan en algunos rasgos de nuestras primeras relaciones, de manera tal, que la persona elegida es idealizada y no se la somete a ninguna crítica. Otros psicoanalistas consideran que el enamoramiento es un proceso de maduración, que sucede al encontrarnos con alguien que nos ayuda a crecer. Cuando un hombre se enamora debe existir un malestar presente, una lenta acumulación de tensión, gran energía vital y un estímulo adecuado en el camino que este hace para edificar su identidad, donde una mujer perdida queda en el inconsciente y ansía encontrarla. En el caso de una niña que se enamora, es que ha perdido al príncipe de sus cuentos infantiles y aparece representando el hombre de sus sueños. Según otras opiniones, antes de que aparezca el verdadero amor, ya se han elaborado las características esenciales de ese ser a quien vamos a amar. Esto se debe a que entre los 5 y 8 años, se realizan asociaciones con amigos, miembros de la familia, con experiencias o hechos accidentales, que hacen desarrollar los mapas mentales que permiten clasificar a las personas que luego amaremos. Estudios sociológicos han demostraron que ciertos patrones se repiten en personas de distintas culturas. Se han estudiado también, los componentes del deseo y se ha comprobado que toda la gente busca en su pareja la comprensión, la amabilidad, la inteligencia, la confiabilidad, la estabilidad emocional, que sea atractiva, poco exigente y sana. En otras culturas se especifican rasgos especiales para establecer un vínculo amoroso, para los chinos es indispensable la virginidad, mientras que para la mayoría de los holandeses y suecos es una condición irrelevante. También se repiten en distintas culturas diferencias universales entre el hombre y la mujer a la hora de elegir una pareja. Las mujeres buscan hombres ambiciosos con una buena posición económica o por lo menos con el potencial para llegar a ella, una posición social decente y generalmente que sean unos años mayores. El hombre, en cambio, busca el atractivo físico, la juventud, características de fertilidad y reproducción. Aparece también el problema que no todas las personas cuentan con una lista completa de las cualidades deseadas, es aquí cuando surge decir que el amor es ciego. Existe también la ley del equilibrio, donde las personas deseables buscan personas con las mismas características, como las persona inteligentes y eruditas, buscan personas con estas características para poder compartir con ellas sus ideas y sus conocimientos.
La admiración:
A pesar de lo que creemos la admiración está muy cerca del amor. Esta se aproxima a la fascinación, y cuando encontramos un atributo que admiramos en una persona inmediatamente dirigimos nuestra atención a ella. Esta admiración nos hace dejar de lado el aspecto físico, ir a un nivel más íntimo y menos superficial. Decimos que nos estamos enamorando cuando superamos esa admiración, que casi siempre es a nivel inconsciente, y comenzamos a profundizar nuestros sentimientos.
La admiración es más firme que la sola atracción física, ya que además del deseo, implica la amistad y la afinidad. Cuando aparece la admiración, el sexo deja de ser lo más importante y pasa a se un complemento. Es así como una persona brillante, que no es bella físicamente, puede llegar a deslumbrarnos por su intelecto de tal manera, que nos resulte atractiva, no garantizando el deseo, pero, crea una fuerte posibilidad.
La afinidad es otra condición que hace atractiva a una persona, permite la comprensión mutua, no exige explicaciones, ni causa malentendidos. Una buena base para el amor es el entendimiento mutuo y los gustos similares. La persona se hace más atractiva cuando se crea una simbiosis entre la persona y el placer de la afinidad.
El aspecto físico y el amor:
A pesar que la afinidad y la admiración son esenciales para el amor verdadero, también lo es el aspecto físico. Cuando la admiración y la afinidad se presentan sin deseo sexual no se supera más que una muy buena amistad, es cuando sentimos ser hermanos del alma. Los desencuentros amorosos y las frustraciones surgen cuando una de las personas siente amor verdadero y la otra no se siente atraída de la misma manera. Si bien el aspecto físico es lo primero que nos atrae de una persona, nos enamoramos profundamente de la personalidad más que de un cuerpo. La atracción física depende de numerosos factores que se vinculan a la experiencia social de cada sexo. Así se da que una mujer con gran atractivo físico, para escalar en su imagen social, suele buscar un hombre con muy buena posición económica. Lo mismo ocurre para el hombre, logrará escalar en el mundo social si conquista a una mujer atractiva. Estas relaciones se tornan peligrosas cuando se llega a los extremos, por ejemplo, una mujer no conseguirá el amor verdadero si no mira más allá del contexto en que se presenta un hombre, y un hombre no sentirá más que frustraciones y rechazos, si solo le atraen mujeres jóvenes, delgadas, altas, con imagen de modelos. Hay que tener en cuenta que si bien, es importante el atractivo físico y las apariencias, estas no nos aseguran el amor.
La química del amor:
Se debe establecer que, además de las estructuras mentales que hacen que nos enamoremos, existe en el amor un componente químico. El estado de enamoramiento está determinado por descargas neuronales, reacciones emocionales y hormonales. Cuando nos encontramos con la persona indicada, el sistema nervioso comienza a enviar mensajes a todas las glándulas del cuerpo, por medio del hipotálamo. Inmediatamente aumenta la producción de adrenalina por intermedio de las glándulas suprarrenales. Es así como empezamos a sentir numerosos cambios, aumenta la presión arterial, se incrementa la capacidad muscular, liberándose grasas y azúcares, la frecuencia cardiaca comienza a aumentar llegando a 130 pulsaciones por minuto, se mejora el transporte de oxígeno a través de la sangre, ya que hay aumento en la producción de glóbulos rojos. Muchos consideran al amor como una enfermedad, porque provoca en el organismo una reacción tan intensa que se asemeja a otras patologías. Cuando aparece el amor, el sistema nervioso comienza a enviar órdenes a todo el organismo y el intelecto no puede hacer nada, es así como se ven afectados los folículos pilosos, las glándulas sudoríparas y las lagrimales, el músculo intestinal, la vejiga y los genitales.
Hay determinados compuestos químicos que produce el organismo y éstos se combinan entre sí de tal manera que los enamorados no sienten cansancio o sueño cuando están juntas. Científicamente está comprobado que, cuando nos enamoramos en el cerebro se produce una sustancia llamada feniletilamina, que es un compuesto que proviene de las anfetaminas, también el cerebro segrega dopamina, responsable de desear algo y de repetir cualquier acción que nos provoque placer, además de norepinefrina y oxiticina, que maneja el deseo sexual. La feniletilamina disminuye cuando aparece una desilusión amorosa, y es así que se produce un síndrome de abstinencia, que lleva en muchos casos, al consumo de chocolates que es el alimento más rico en feniletilamina. Mientras dura el amor, la actividad de esta sustancia permanece en el cerebro durante dos o tres años o en algunos casos un poco más. Cuando se termina este proceso es cuando se termina el amor. Sabemos también que tras el enamoramiento sobreviene la etapa donde el compañerismo el respeto, la tolerancia, la admiración, pasan a ser las bases de una relación que puede durar muchos años y ser muy feliz.
El amor y sus tres elementos:
En una pareja que se une coexisten tres elementos o factores emocionales que se relacionan con el deseo, definido por Eros: es el amor pasional, el deseo sexual, el enamoramiento, la posesión. Aquí se desarrolla la faceta egoísta, donde se manifiesta el Yo que desea, que quiere poseer, que anhela ser el único. Por condición natural, Eros es conflictivo y dual, ya que en el mismo instante nos puede elevar al cielo o al infierno; con la ternura, definida por Ágape: es la ternura, el amor que no pide nada a cambio, la suavidad. Es el amor de entrega, libre de egoísmos, es el amor de la bondad. No se trata de un amor irreal o ideal, sino todo lo contrario, es capaz de amoldarse a la otra persona sin que esto sea un sacrificio; y la amistad, definida por Philia: trasciende el Yo, para formar la pareja Tú y Yo, donde la emoción principal es la alegría de compartir, la reciprocidad para estar tranquilos y pasarla bien. No aparece el placer como un sentimiento egoísta. Los momentos de felicidad, de esta pareja que se ha formado, se deben al equilibrio de estos tres elementos. Cada una de estas partes es primordial en el desarrollo del amor verdadero y es imprescindible para el comienzo de la atracción y la posterior relación basada en la afinidad y el amor.
PORQUE NOS EMPEÑAMOS EN QUERER CAMBIAR AL OTRO?
Los seres humanos siempre queremos cambiar aquellas cosas que nos enamoraron del otro: la actitud seductora –que en un principio nos atrapa pero después nos parece peligrosa-, la rebeldía –que luego pretendemos que se convierta en burguesía-, la sobre protección afectiva –que al principio nos hace sentir queridos y luego de un tiempo nos ahoga-, y muchas otras conductas que vemos como virtudes durante el enamoramiento y como defectos cuando se va el efecto “anestésico” del romance.
Esto lo explica la psicología al afirmar que siempre elegimos aquello que se nos opone, porque nos complementa, pero que cuando se cierra la puerta a intimidad, en la convivencia diaria, y cuando se diluyen las idealizaciones, empiezan los problemas reales.
Los terapeutas siempre hablan de la posibilidad de “negociar” para lograr una mejor calidad de relación. Ahora, si lo que hay que negociar, si lo que hay que ceder es parte de nuestra esencia, entonces no es a nosotros a quien quieren, sino a una ilusión.
¿Cambiar por amor?
¿Hasta dónde?
Estar abierto al cambio es un signo de inteligencia.
Porque nuestra personalidad no viene de fábrica, sino que se va construyendo a lo largo de la vida y de acuerdo a las circunstancias que nos toca vivir.
Pero, eso si, tampoco es cuestión de dejarla libre a la voluntad de otros.
Tener una personalidad dinámica y flexible también es una manera de reforzar la propia identidad. Si nos sentimos interiormente seguros de nuestras convicciones, no será un conflicto estar abiertos a las señales del afuera para saber cuándo es necesario una pequeña corrección del rumbo.
Siempre podremos ir hacia donde nosotros queremos, si es que lo tenemos claro.
Y tal vez no sea tan importante la ruta que tomemos, si nos lleva hasta la puerta de aquel que amamos.
Esto lo explica la psicología al afirmar que siempre elegimos aquello que se nos opone, porque nos complementa, pero que cuando se cierra la puerta a intimidad, en la convivencia diaria, y cuando se diluyen las idealizaciones, empiezan los problemas reales.
Los terapeutas siempre hablan de la posibilidad de “negociar” para lograr una mejor calidad de relación. Ahora, si lo que hay que negociar, si lo que hay que ceder es parte de nuestra esencia, entonces no es a nosotros a quien quieren, sino a una ilusión.
¿Cambiar por amor?
¿Hasta dónde?
Estar abierto al cambio es un signo de inteligencia.
Porque nuestra personalidad no viene de fábrica, sino que se va construyendo a lo largo de la vida y de acuerdo a las circunstancias que nos toca vivir.
Pero, eso si, tampoco es cuestión de dejarla libre a la voluntad de otros.
Tener una personalidad dinámica y flexible también es una manera de reforzar la propia identidad. Si nos sentimos interiormente seguros de nuestras convicciones, no será un conflicto estar abiertos a las señales del afuera para saber cuándo es necesario una pequeña corrección del rumbo.
Siempre podremos ir hacia donde nosotros queremos, si es que lo tenemos claro.
Y tal vez no sea tan importante la ruta que tomemos, si nos lleva hasta la puerta de aquel que amamos.
sábado, 4 de abril de 2009
¿SOMOS RICOS LOS MAYORES?
Los mayores de 60 estamos llenos de riqueza… ¿O no?:
Tenemos Plata en los cabellos.
Oro en los dientes.
Piedras en los riñones.
Azúcar en la sangre
Plomo en los pies.
Hierro en las articulaciones.
Y una fuente inagotable de gas natural.
La verdad es que nunca pensamos en acumular tanta riqueza…
Tenemos Plata en los cabellos.
Oro en los dientes.
Piedras en los riñones.
Azúcar en la sangre
Plomo en los pies.
Hierro en las articulaciones.
Y una fuente inagotable de gas natural.
La verdad es que nunca pensamos en acumular tanta riqueza…
domingo, 29 de marzo de 2009
HABRÁ POESÍA
Habrá poesía…
Mientras el sol caliente la tierra
y este lejos del hombre la guerra.
Mientras las aves acaricien el cielo
en su majestuoso y delicado vuelo.
Habrá poesía…
Mientras la luna sea de tus sueños
la cuna innata de su libertad.
Mientras el mar secretos tenga
en su inmensa oscuridad.
Habrá poesía…
Cuando no haya más,
cuando la luz sea sombra,
cuando el silencio eternidad.
Y el sol de la mañana
no vuelva más a brillar.
Habrá poesía…
En una suave brisa
en el corazón alado.
En la mente del hombre
En el universo inexplorado.
Habrá poesía…
Porque poesía es libertad.
Porque las mujeres son vida,
y los hombres realidad.
Porque tú eres el aire
que mi ser quiere respirar.
Mientras el sol caliente la tierra
y este lejos del hombre la guerra.
Mientras las aves acaricien el cielo
en su majestuoso y delicado vuelo.
Habrá poesía…
Mientras la luna sea de tus sueños
la cuna innata de su libertad.
Mientras el mar secretos tenga
en su inmensa oscuridad.
Habrá poesía…
Cuando no haya más,
cuando la luz sea sombra,
cuando el silencio eternidad.
Y el sol de la mañana
no vuelva más a brillar.
Habrá poesía…
En una suave brisa
en el corazón alado.
En la mente del hombre
En el universo inexplorado.
Habrá poesía…
Porque poesía es libertad.
Porque las mujeres son vida,
y los hombres realidad.
Porque tú eres el aire
que mi ser quiere respirar.
sábado, 21 de marzo de 2009
DIA INTERNACIONAL DE LA POESÍA
Me gustaría a través de éste humilde blog, escribir un pequeño y muy sencillo comentario, para homenajear a todas aquellas personas que utilizan la escritura para expresar sus sentimientos y sus emociones. En el tiempo en que vivimos esto puede considerarse como algo cursi, para mí no lo es, y así lo exteriorizo públicamente. La persona que escribe poesía, normalmente está dotada de una gran sensibilidad, tiene buenos sentimientos y es una persona enamorada, si encima tiene la habilidad para “enganchar” al lector a través de sus escritos, ha conseguido su objetivo primordial.
LA CRISIS
Dónde están esos hombres creadores
que tejen los sueños con fe e ilusión,
que siembran ideas como labradores
en fértiles mentes con el corazón
Donde están las personas renovadoras
que luchan con garra por una nación,
cuando hay una crisis y en aciagas horas,
para encontrar siempre la gran solución.
La crisis es propia de la incompetencia
de gente que vive cual camaleón,
mostrando una cara cuando el sol calienta
y otra diferente cuando hay chaparrón.
La crisis es propia de pueblos cual ostras
que viven rutinas sin gran dirección,
que siguen a jefes pegados cual moscas
sin tener ideas y faltos de imaginación.
No importa que ruja en los cielos tormenta
si existe personas con suficiente garra y pasión,
que afrontan los retos con inteligencia
y miran a la crisis con ánimo de superación.
que tejen los sueños con fe e ilusión,
que siembran ideas como labradores
en fértiles mentes con el corazón
Donde están las personas renovadoras
que luchan con garra por una nación,
cuando hay una crisis y en aciagas horas,
para encontrar siempre la gran solución.
La crisis es propia de la incompetencia
de gente que vive cual camaleón,
mostrando una cara cuando el sol calienta
y otra diferente cuando hay chaparrón.
La crisis es propia de pueblos cual ostras
que viven rutinas sin gran dirección,
que siguen a jefes pegados cual moscas
sin tener ideas y faltos de imaginación.
No importa que ruja en los cielos tormenta
si existe personas con suficiente garra y pasión,
que afrontan los retos con inteligencia
y miran a la crisis con ánimo de superación.
viernes, 20 de marzo de 2009
RECUERDO A M PADRE
Un padre es un modelo a seguir, lo quieran o no. La figura del padre tiene mucha importancia como apoyo y guía de los hijos. Los niños miran mucho qué hacen los padres y cómo lo hacen. El padre da seguridad, tiene que dar protección a la familia. El padre demuestra su amor con la estima y el respeto, la escucha y la aceptación.
El primer deber de un padre con sus hijos es amar a su esposa. Sin amor es imposible sostener por mucho tiempo las exigencias de la vida familiar.
En la pareja y en los hijos es fundamental un acuerdo profundo, una unión íntima que promueven el crecimiento y la seguridad.
Es muy importante enseñarles a formar criterios verdaderos y firmes, para que sepan librarse de los engaños del consumismo, libertinaje, vida nocturna, diversiones incontroladas, el abuso de la tele… Y sobre todo, lo más importante, educar en virtudes humanas desde pequeños, esto es imprescindible.
Ser padre es una gran vocación, no sólo una elección personal. Y vaya desde aquí mi felicitación y agradecimiento a mi padre, del que he sacado estas conclusiones con el ejemplo de su vida y aunque por desgracia, ya hace años que nos dejó, para mí, siempre estará cerca, ayudándome en todas mis decisiones.
¡Gracias papá!
El primer deber de un padre con sus hijos es amar a su esposa. Sin amor es imposible sostener por mucho tiempo las exigencias de la vida familiar.
En la pareja y en los hijos es fundamental un acuerdo profundo, una unión íntima que promueven el crecimiento y la seguridad.
Es muy importante enseñarles a formar criterios verdaderos y firmes, para que sepan librarse de los engaños del consumismo, libertinaje, vida nocturna, diversiones incontroladas, el abuso de la tele… Y sobre todo, lo más importante, educar en virtudes humanas desde pequeños, esto es imprescindible.
Ser padre es una gran vocación, no sólo una elección personal. Y vaya desde aquí mi felicitación y agradecimiento a mi padre, del que he sacado estas conclusiones con el ejemplo de su vida y aunque por desgracia, ya hace años que nos dejó, para mí, siempre estará cerca, ayudándome en todas mis decisiones.
¡Gracias papá!
miércoles, 18 de marzo de 2009
¿SON LAS CORRIDAS DE TOROS UNA ARTE?
Tal vez hayas oído que la fiesta de los toros es un arte, pero no lo es....
Es una Ciencia...
La ciencia de La Tortura
Nada en la fiesta brava es genuino, solo el dolor.
Se cree valiente pero no lo es; no tiene carácter fuerte
24 Horas antes de entrar en la arena, el toro ha sido sometido a un encierro a oscuras para que al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras, lo que produce la imagen en el publico de que el toro es feroz, pero la condición natural del toro es huir NO atacar.
También se le han recortado los cuernos para proteger al torero. Le colgaron sacos de arena en el cuello durante horas. Lo golpearon en los testículos y los riñones Le indujeron diarrea al poner sulfatos en el agua que bebió. Todo esto es con el fin de que llegue débil al ruedo y en completo desorden. Se le ha untado grasa en los ojos para dificultar su visión y en las patas se le puso una sustancia que le produce ardor y le impide mantenerse quieto, así el torero no desluce su actuación.
Los caballos de los picadores
Se eligen a caballos que ya no tienen valor comercial, por que el animal muere en 3 o 4 corridas a lo mucho, es muy habitual que el animal sufra quebraduras múltiples de costillas o destripamientos. Se les coloca un peto simulando que se les protege, pero en realidad se trata de que el público no vea las heridas al caballo que con frecuencia presentan exposición de vísceras.
El trabajo del picador
Si el torero percibe que el toro embiste con mucha energía, ordena al picador hacer su trabajo: Consistente en desangrar al toro para debilitarlo, clavándole en el lomo una lanza que destroza músculos (trapecio, romboideo, espinoso y semiespinoso, serratos y transversos de cuello) Lesiona, además, vasos sanguíneos y nervios.
Esto es para que el torero pueda brindar la expresión artística que se supone debe tener este espectáculo.
Un solo puyazo podría destrozar al toro, por eso se hace en tres tiempos para mayor goce de la afición.
Las banderillas
Las banderillas aseguran que la hemorragia siga; se intenta colocarlas justo en el mismo sitio ya dañado con los ganchos de metal. El gancho se mueve dentro de la herida con cada movimiento del toro y con el roce de la muleta, el peso de las banderillas tiene precisamente esa función.
Algunas banderillas tienen un arpón de 8 CM, y se les llama de castigo, a las cuales es sometido el toro cuando ha logrado evadir la lanza del picador. Las banderillas prolongan el desgarre y ahondamiento de las heridas internas. No hay límite al número de banderillazos: tantos como sean necesarios para desgarrar los tejidos y piel del toro.
"Demostrando Valor"
La pérdida de sangre y las heridas en la espina dorsal impiden que el toro levante la cabeza de manera normal, y es cuando el torero puede acercarse
Con el toro ya cerca del agotamiento, el torero no se preocupa ya del peligro y se puede dar el lujo de retirarse del toro después de un pase especialmente "artístico", echando fuera el pecho y pavoneándose al recibir los aplausos del público
Cuando el toro alcanza este estado lastimero, el matador entra en el ruedo en una celebración de bravura y machismo, a enfrentarse a un toro exhausto, moribundo y confundido.
La Espada
El toro es atravesado con una ESPADA de 80 cm de longitud, que puede destrozarle el hígado, los pulmones, la pleura, etc., según el lugar por donde penetre en el cuerpo del animal; de hecho, cuando destroza la gran arteria, el toro agoniza con enormes vómitos de sangre.
A la hora de matar, si el toro corre con un poco de suerte muere de una estocada, pero no como se piensa de una estocada al corazón si no que la espada penetra pulmones y diafragma, a veces una arteria mayor, y de ahí la hemorragia que se aprecia del hocico y de la boca. A veces mueren ahogados en su propia sangre
La Tortura sigue
El toro, en un intento desesperado por sobrevivir, se resiste a caer, y suele encaminarse penosamente hacia la puerta por la que lo hicieron entrar, buscando una salida a tanto maltrato y dolor. Pero entonces lo apuñalan en la nuca con el DESCABELLO, otra larga espada que termina en una cuchilla de 10 cm.. A pesar de estos terribles tormentos, el animal no suele morir de inmediato por su gran fuerza, pero finalmente cae al suelo, porque la espada a ido destrozando sus órganos internos.
Lo 'rematan' con la PUNTILLA de 10 cm.. con lo que intentan seccionarle la médula espinal, a la altura de las vértebras 'atlas' y 'axis'. El toro queda así paralizado, sin poder siquiera realizar movimientos con los músculos respiratorios, por lo que muere por asfixia, muchas veces ahogado en su propia sangre, que le sale a borbotones por la boca y la nariz.
El Arrastre
DESPUÉS QUE LE DESTROZAN LAS VÉRTEBRAS, EL TORO PIERDE CONTROL SOBRE SU CUERPO DESDE EL CUELLO HACIA ABAJO, SIN EMBARGO HACIA ARRIBA SE MANTIENE INTACTO, POR LO QUE ESTA CONCIENTE DE TODO EL HORROR Y DE CÓMO ES ARRASTRADO FUERA DEL RUEDO.
NO SEAS INDIFERENTE A SU DOLOR
¿Alcanzas a ver la lágrima escurriendo?
Reflexiona
La conmiseración con los animales está íntimamente unida con la bondad de carácter, de tal manera que se puede afirmar de seguro, que quien es cruel con los animales no puede ser buena persona.
Solo los sicópatas se gozan tu eres uno de ellos reflexiona renuncia! esta es una tradición que NO debe continuar
¿Cómo puedes Ayudar?
No asistas a corridas de toros
No apoyes a políticos, artistas y comunicadores asociados a esta barbarie.
No consumas productos de empresas que los patrocinen.
Pero lo mas importante... Enseña a tus hijos el respeto por los seres vivientes.
Es una Ciencia...
La ciencia de La Tortura
Nada en la fiesta brava es genuino, solo el dolor.
Se cree valiente pero no lo es; no tiene carácter fuerte
24 Horas antes de entrar en la arena, el toro ha sido sometido a un encierro a oscuras para que al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras, lo que produce la imagen en el publico de que el toro es feroz, pero la condición natural del toro es huir NO atacar.
También se le han recortado los cuernos para proteger al torero. Le colgaron sacos de arena en el cuello durante horas. Lo golpearon en los testículos y los riñones Le indujeron diarrea al poner sulfatos en el agua que bebió. Todo esto es con el fin de que llegue débil al ruedo y en completo desorden. Se le ha untado grasa en los ojos para dificultar su visión y en las patas se le puso una sustancia que le produce ardor y le impide mantenerse quieto, así el torero no desluce su actuación.
Los caballos de los picadores
Se eligen a caballos que ya no tienen valor comercial, por que el animal muere en 3 o 4 corridas a lo mucho, es muy habitual que el animal sufra quebraduras múltiples de costillas o destripamientos. Se les coloca un peto simulando que se les protege, pero en realidad se trata de que el público no vea las heridas al caballo que con frecuencia presentan exposición de vísceras.
El trabajo del picador
Si el torero percibe que el toro embiste con mucha energía, ordena al picador hacer su trabajo: Consistente en desangrar al toro para debilitarlo, clavándole en el lomo una lanza que destroza músculos (trapecio, romboideo, espinoso y semiespinoso, serratos y transversos de cuello) Lesiona, además, vasos sanguíneos y nervios.
Esto es para que el torero pueda brindar la expresión artística que se supone debe tener este espectáculo.
Un solo puyazo podría destrozar al toro, por eso se hace en tres tiempos para mayor goce de la afición.
Las banderillas
Las banderillas aseguran que la hemorragia siga; se intenta colocarlas justo en el mismo sitio ya dañado con los ganchos de metal. El gancho se mueve dentro de la herida con cada movimiento del toro y con el roce de la muleta, el peso de las banderillas tiene precisamente esa función.
Algunas banderillas tienen un arpón de 8 CM, y se les llama de castigo, a las cuales es sometido el toro cuando ha logrado evadir la lanza del picador. Las banderillas prolongan el desgarre y ahondamiento de las heridas internas. No hay límite al número de banderillazos: tantos como sean necesarios para desgarrar los tejidos y piel del toro.
"Demostrando Valor"
La pérdida de sangre y las heridas en la espina dorsal impiden que el toro levante la cabeza de manera normal, y es cuando el torero puede acercarse
Con el toro ya cerca del agotamiento, el torero no se preocupa ya del peligro y se puede dar el lujo de retirarse del toro después de un pase especialmente "artístico", echando fuera el pecho y pavoneándose al recibir los aplausos del público
Cuando el toro alcanza este estado lastimero, el matador entra en el ruedo en una celebración de bravura y machismo, a enfrentarse a un toro exhausto, moribundo y confundido.
La Espada
El toro es atravesado con una ESPADA de 80 cm de longitud, que puede destrozarle el hígado, los pulmones, la pleura, etc., según el lugar por donde penetre en el cuerpo del animal; de hecho, cuando destroza la gran arteria, el toro agoniza con enormes vómitos de sangre.
A la hora de matar, si el toro corre con un poco de suerte muere de una estocada, pero no como se piensa de una estocada al corazón si no que la espada penetra pulmones y diafragma, a veces una arteria mayor, y de ahí la hemorragia que se aprecia del hocico y de la boca. A veces mueren ahogados en su propia sangre
La Tortura sigue
El toro, en un intento desesperado por sobrevivir, se resiste a caer, y suele encaminarse penosamente hacia la puerta por la que lo hicieron entrar, buscando una salida a tanto maltrato y dolor. Pero entonces lo apuñalan en la nuca con el DESCABELLO, otra larga espada que termina en una cuchilla de 10 cm.. A pesar de estos terribles tormentos, el animal no suele morir de inmediato por su gran fuerza, pero finalmente cae al suelo, porque la espada a ido destrozando sus órganos internos.
Lo 'rematan' con la PUNTILLA de 10 cm.. con lo que intentan seccionarle la médula espinal, a la altura de las vértebras 'atlas' y 'axis'. El toro queda así paralizado, sin poder siquiera realizar movimientos con los músculos respiratorios, por lo que muere por asfixia, muchas veces ahogado en su propia sangre, que le sale a borbotones por la boca y la nariz.
El Arrastre
DESPUÉS QUE LE DESTROZAN LAS VÉRTEBRAS, EL TORO PIERDE CONTROL SOBRE SU CUERPO DESDE EL CUELLO HACIA ABAJO, SIN EMBARGO HACIA ARRIBA SE MANTIENE INTACTO, POR LO QUE ESTA CONCIENTE DE TODO EL HORROR Y DE CÓMO ES ARRASTRADO FUERA DEL RUEDO.
NO SEAS INDIFERENTE A SU DOLOR
¿Alcanzas a ver la lágrima escurriendo?
Reflexiona
La conmiseración con los animales está íntimamente unida con la bondad de carácter, de tal manera que se puede afirmar de seguro, que quien es cruel con los animales no puede ser buena persona.
Solo los sicópatas se gozan tu eres uno de ellos reflexiona renuncia! esta es una tradición que NO debe continuar
¿Cómo puedes Ayudar?
No asistas a corridas de toros
No apoyes a políticos, artistas y comunicadores asociados a esta barbarie.
No consumas productos de empresas que los patrocinen.
Pero lo mas importante... Enseña a tus hijos el respeto por los seres vivientes.
jueves, 12 de marzo de 2009
ORGANIZACIONES INUTILES
¿Alguna vez nos hemos parado a pensar sobre la inutilidad de muchas de las organizaciones que hemos creado? La sociedad del bienestar, esa ficción sobre la que se sustenta gran parte de la incapacidad para hacer cosas útiles, pare toda una serie de chupaeuros que dejaría en pañales la fantasía de cualquiera de los más imaginativos creadores. El jardín de las delicias es la historia de Blancanieves cuando estos imaginativos ponen su ideario a funcionar para sacar pasta de las arcas del estado.
Existe una asociación para la defensa del pato andaluz que no sé si tendrá mucho trabajo pero sí tiene subvenciones de la Junta de Andalucía. Pocos conocerán la sociedad para la investigación de las apariciones de "Perros Negros"; ¡genial, buscan perros infernales por todo el mundo! Pero existen organizaciones de buscadores de extraterrestres, que encima nos auguran el fin del mundo desde el espacio por no hacerles caso. Hay en España un Ministerio de igualdad que usurpa las competencias del Ministerio de Asuntos sociales porque además no tiene competencias propias, y no olvidemos el Ministerio de Vivienda, otra entelequia española, que no decide ni determina nada sobre la vivienda que se rige por el precio del mercado.
Ahora existe una nueva forma de sacar dinero del bote añadiendo dos palabras mágicas que abren casi cualquier puerta: Cambio Climático. Insto a cualquiera a que intente crear una organización que no pierda de vista estos apellidos porque le lloverán subvenciones seguras. Puede ser la asociación para la defensa de las ardillas del Congo en el cambio climático (ignoro por completo si en el Congo hay ardillas) o la junta de estudios sobre la disminución de la cópula del saltamontes de cuello apaisado por el cambio climático (ni qué decir que me acabo de inventar este bicho). Aquí lo importante es ser de izquierdas, tener conexiones con el poder o asustarlo con huelgas por no tener conciencia social ante el fin del mundo, pero de que algún dinerillo caerá, eso es una verdad como que la tierra es redonda.
Pero vayamos más a lo universal. ¿Me puede decir alguien para qué sirve el Movimiento de los Países no alineados. Esta baba surgió como un invento del comunismo castrista cubano para intentar atraer, de manera indirecta, a los países más pobres del mundo contra el capitalismo –¡nada más y nada menos! Estos se reúnen todavía cada cierto tiempo y gastan dinero, electricidad, petróleo y resuelven: NADA.
¿Les recuerda algo? Eso es, la ONU. Alguna vez tuvo razón de ser, cuando el mundo se dividía entre países que no dudaban un segundo en arrebatarle un trozo de territorio a otro. Hoy es una de las que más dinero recibe del bote y resuelve menos que nada. Ha quedado como una repartidora de alimentos y medicinas (que no está mal pero podrían hacerlo otras organizaciones sin quitarnos tanto el dinero). Cada vez que se presenta un problema grave en algún lugar del mundo la ONU tiembla, se reúne, dicta condenas y apoyos mientras en el país del problema la gente se mata a machetazos. Al final siempre sale a resolver el problema el mismo de siempre: el pérfido imperio norteamericano, sin el cual Hitler hubiera podido triunfar o, cuando menos, habría cometido más fechorías antes de desaparecer, o Japón no sería hoy el país dinámico y poderoso que compite de igual a igual con Estados Unidos, ni se habría terminado la guerra de Bosnia con menos muertos de lo que se preveía. ¡Malditos norteamericanos!
Javier Rupérez, quien fuera responsable del directorio antiterrorista de la ONU y del cual dimitió en 2007, estuvo recientemente en Herrera en la Onda, de la cadena de radio Onda Cero, a propósito de la publicación de su libro El espejismo multilateral, por editorial Almuzara. Ante una pregunta sobre los motivos de su dimisión habló de frustración personal por ver lo poco qué hacía y podía hacer desde el puesto que ostentaba. Lo lamentable es que sus compañeros en la organización le recriminaron dimitir por ello cuando a todos les pasaba igual, estaban igual de frustrados. En fin, si el comité antiterrorista está así de inútil, qué esperamos de la asociación para la defensa del grillo de la pampa en la era del cambio climático. ¡Estamos perdidos!
Existe una asociación para la defensa del pato andaluz que no sé si tendrá mucho trabajo pero sí tiene subvenciones de la Junta de Andalucía. Pocos conocerán la sociedad para la investigación de las apariciones de "Perros Negros"; ¡genial, buscan perros infernales por todo el mundo! Pero existen organizaciones de buscadores de extraterrestres, que encima nos auguran el fin del mundo desde el espacio por no hacerles caso. Hay en España un Ministerio de igualdad que usurpa las competencias del Ministerio de Asuntos sociales porque además no tiene competencias propias, y no olvidemos el Ministerio de Vivienda, otra entelequia española, que no decide ni determina nada sobre la vivienda que se rige por el precio del mercado.
Ahora existe una nueva forma de sacar dinero del bote añadiendo dos palabras mágicas que abren casi cualquier puerta: Cambio Climático. Insto a cualquiera a que intente crear una organización que no pierda de vista estos apellidos porque le lloverán subvenciones seguras. Puede ser la asociación para la defensa de las ardillas del Congo en el cambio climático (ignoro por completo si en el Congo hay ardillas) o la junta de estudios sobre la disminución de la cópula del saltamontes de cuello apaisado por el cambio climático (ni qué decir que me acabo de inventar este bicho). Aquí lo importante es ser de izquierdas, tener conexiones con el poder o asustarlo con huelgas por no tener conciencia social ante el fin del mundo, pero de que algún dinerillo caerá, eso es una verdad como que la tierra es redonda.
Pero vayamos más a lo universal. ¿Me puede decir alguien para qué sirve el Movimiento de los Países no alineados. Esta baba surgió como un invento del comunismo castrista cubano para intentar atraer, de manera indirecta, a los países más pobres del mundo contra el capitalismo –¡nada más y nada menos! Estos se reúnen todavía cada cierto tiempo y gastan dinero, electricidad, petróleo y resuelven: NADA.
¿Les recuerda algo? Eso es, la ONU. Alguna vez tuvo razón de ser, cuando el mundo se dividía entre países que no dudaban un segundo en arrebatarle un trozo de territorio a otro. Hoy es una de las que más dinero recibe del bote y resuelve menos que nada. Ha quedado como una repartidora de alimentos y medicinas (que no está mal pero podrían hacerlo otras organizaciones sin quitarnos tanto el dinero). Cada vez que se presenta un problema grave en algún lugar del mundo la ONU tiembla, se reúne, dicta condenas y apoyos mientras en el país del problema la gente se mata a machetazos. Al final siempre sale a resolver el problema el mismo de siempre: el pérfido imperio norteamericano, sin el cual Hitler hubiera podido triunfar o, cuando menos, habría cometido más fechorías antes de desaparecer, o Japón no sería hoy el país dinámico y poderoso que compite de igual a igual con Estados Unidos, ni se habría terminado la guerra de Bosnia con menos muertos de lo que se preveía. ¡Malditos norteamericanos!
Javier Rupérez, quien fuera responsable del directorio antiterrorista de la ONU y del cual dimitió en 2007, estuvo recientemente en Herrera en la Onda, de la cadena de radio Onda Cero, a propósito de la publicación de su libro El espejismo multilateral, por editorial Almuzara. Ante una pregunta sobre los motivos de su dimisión habló de frustración personal por ver lo poco qué hacía y podía hacer desde el puesto que ostentaba. Lo lamentable es que sus compañeros en la organización le recriminaron dimitir por ello cuando a todos les pasaba igual, estaban igual de frustrados. En fin, si el comité antiterrorista está así de inútil, qué esperamos de la asociación para la defensa del grillo de la pampa en la era del cambio climático. ¡Estamos perdidos!
CRISIS, CRISIS, CRISIS...
Voy a comparar la vida de tres generaciones enfrentadas a sus crisis: la de nuestros padres, que abarca de la posguerra a la Transición. La mía, que es la que va de Fórmula V hasta la entrada de España en el Mercado Común, y la actual, que abarca desde entonces hasta Internet.
La generación de la posguerra daba gracias por todo porque lo había perdido todo. Tener un trabajo era una bendición, como lo era poder comer tres veces al día y vivir sin la cartilla de racionamiento. Era la generación de los sobres: un sobre para la letra del piso, otro para la cesta de la compra, para el colegio de los chicos... El coche llegó tan tarde que la gente se sacaba el carné a la edad en la que ahora pensamos en el plan de pensiones. El televisor había que pagarlo en cinco años o más. Los recién casados se iban de vacaciones a Madrid o Barcelona, y casi nadie conocía otro país que el suyo propio.
Era una generación que quería dejar algo a los hijos, pues cualquier día podría sobrevenir una catástrofe: el piso, las acciones de Telefónica y el álbum de sellos. Para aquella generación, la vida consistía en trabajar mucho, gastar lo justo, salir pronto de las deudas y ahorrar por si las moscas. Vivieron unos años tan duros, que ahora se les reconoce en la calle porque, cuando hay huelga de transportistas, corren al mercado a por lentejas, latas de atún y leche porque “esto es como en la Guerra”.
Gracias a ellos, mi generación conoció las mesas llenas de comida y la frase más común era: “Cómete todo porque tú no sabes lo que es pasar hambre”. Nos jartaron de sopa cubierta, pescadillas, filetes de ternera, cocidos de todas las regiones (madrileño, lebaniego, y mucho “guisaico”). Pero no tres, sino ¡cuatro veces al día! Porque a la hora de la merienda nos enchufaban bocadillos de sobrasada, de chorizo, de pan con leche condensada (había una versión a la que se le añadía Cola-Cao), y había gente que merendaba unos bocadillos como el antebrazo de un albañil.
Comer, comer, comer... Había que dejar el plato limpio y los pescados en las raspas, porque de lo contrario uno estaba insultando la memoria de la Guerra Civil, y se iba a la cama con tantos remordimientos que se imponía ya tres avemarías automáticos.
Mi generación conoció lo que es salir con la familia a los restaurantes los domingos después de misa, (“al nene, una tortilla francesa o filete con patatas”). En verano, uno visitaba Benidorm y sentía como si hubiese estado en el extranjero.
Esa misma generación mía fue la que, mientras sufría la crisis económica en la Transición, se rebeló en las universidades, pegó carteles, gritó consignas, discutió con sus padres de política, atacó a Estados Unidos mientras compraba discos de Crosby, Stills, Nash & Young, pero, al final de esa larga jornada de lucha, siempre nos esperaba una mesa llena de calamares, sobrasada, filetes de lomo y Casera, como muestra la serie Cuéntame cómo pasó.
Nuestros padres, en su mayoría, no eran de una generación rebelde porque tener un piso donde caer muertos y un caldo calentito ya era una gran rebeldía contra el hambre de la posguerra. “¡Burgueses! ¡Reaccionarios! ¿Dónde están los ideales?”, exclamábamos nosotros. “En la olla exprés, bonito, acompañados de esa morcilla que tanto te gusta”, decían ellos.
Como estos argumentos nos revolvían el estómago, al final huíamos de esa dictadura gastronómica, viajábamos a otros países, trabajábamos de camareros en verano, ¡que sabrán nuestros viejos lo que es currar duro!, y nos curtíamos en la escuela de la guerra de la vida. Luego nos casábamos y pasábamos la luna de miel en Portugal para traer la cubertería de plata ¿Benidorm? Puaj. Y a la hora de comprar un piso, bueno sí, una ayudita de los padres o los suegros, pero pequeña, ¿eh? “Y que conste don Manuel que se la voy a devolver con el sudor de mi frente”.
Ah, y nosotros sí educaríamos a nuestros hijos con los valores de la libertad y el diálogo, nos confesarían todo y seríamos sus colegas, eso que nunca fueron nuestros padres. Dictadores.
Si la generación de nuestros padres fue la de los sobres, la de ahora es la de las sobras. Sobran platos de comida que se tiran al cubo de basura sin el remordimiento por el hambre de la posguerra. Sobran coches en las casas. Sobran salidas de copas, porque los fines de semana comienzan los jueves por la noche. Y sobra coca cola a la hora de comer.
Ya cuando eran críos, uno iba al restaurante, y en lugar de tortilla francesa, los mocosos exclamaban: “A mí, una ración de pata negra. Y la carne, lomo alto argentino, por supuesto, al punto si puede ser”.
Lo del diálogo con los hijos salió torcido porque no les interesa hablar de política pero sí del Madrid o del Barça. No está mal. Menos peleas. Hay tanto diálogo que los chicos no se van de casa ni aunque pierdan el Madrid o el Barça 100 veces seguidas.
Es una generación que se casa y viaja a Bali o a Punta Cana. Cosa inexplicable, pues el piso en el que se meten cuesta, en proporción, más que el de sus padres. En los años 50 se tardaba en pagar los pisos entre 10 y 15 años. En los 80, entre 15 y 20 años. Y ahora, les hacen firmar una hipoteca de 35 a 50 años. Por eso, para compensar gastos, se van a Ikea y MediaMarkt, llenan la casa de trastos en un día y, en lugar de un niño, tienen dos periquitos.
Ahora, a esa generación también le ha llegado la crisis. A los de la posguerra, con sus pensiones y sus casas ya pagadas, esto les parece grave, pero no tan grave como las cartillas de racionamiento. Para mi generación, esto nos recuerda los años del paro y la crisis en la Transición, que parecían no tener fin.
Como es la primera vez que esto pilla a la generación del móvil e Internet, se han quedado traspuestos. No hay empleo, no hay dinero, no hay futuro. Así de pronto. ¿Es el fin? No, porque dos generaciones ya la conocieron a su modo. Bienvenidos a la mesa. Os estábamos esperando para cenar.
La generación de la posguerra daba gracias por todo porque lo había perdido todo. Tener un trabajo era una bendición, como lo era poder comer tres veces al día y vivir sin la cartilla de racionamiento. Era la generación de los sobres: un sobre para la letra del piso, otro para la cesta de la compra, para el colegio de los chicos... El coche llegó tan tarde que la gente se sacaba el carné a la edad en la que ahora pensamos en el plan de pensiones. El televisor había que pagarlo en cinco años o más. Los recién casados se iban de vacaciones a Madrid o Barcelona, y casi nadie conocía otro país que el suyo propio.
Era una generación que quería dejar algo a los hijos, pues cualquier día podría sobrevenir una catástrofe: el piso, las acciones de Telefónica y el álbum de sellos. Para aquella generación, la vida consistía en trabajar mucho, gastar lo justo, salir pronto de las deudas y ahorrar por si las moscas. Vivieron unos años tan duros, que ahora se les reconoce en la calle porque, cuando hay huelga de transportistas, corren al mercado a por lentejas, latas de atún y leche porque “esto es como en la Guerra”.
Gracias a ellos, mi generación conoció las mesas llenas de comida y la frase más común era: “Cómete todo porque tú no sabes lo que es pasar hambre”. Nos jartaron de sopa cubierta, pescadillas, filetes de ternera, cocidos de todas las regiones (madrileño, lebaniego, y mucho “guisaico”). Pero no tres, sino ¡cuatro veces al día! Porque a la hora de la merienda nos enchufaban bocadillos de sobrasada, de chorizo, de pan con leche condensada (había una versión a la que se le añadía Cola-Cao), y había gente que merendaba unos bocadillos como el antebrazo de un albañil.
Comer, comer, comer... Había que dejar el plato limpio y los pescados en las raspas, porque de lo contrario uno estaba insultando la memoria de la Guerra Civil, y se iba a la cama con tantos remordimientos que se imponía ya tres avemarías automáticos.
Mi generación conoció lo que es salir con la familia a los restaurantes los domingos después de misa, (“al nene, una tortilla francesa o filete con patatas”). En verano, uno visitaba Benidorm y sentía como si hubiese estado en el extranjero.
Esa misma generación mía fue la que, mientras sufría la crisis económica en la Transición, se rebeló en las universidades, pegó carteles, gritó consignas, discutió con sus padres de política, atacó a Estados Unidos mientras compraba discos de Crosby, Stills, Nash & Young, pero, al final de esa larga jornada de lucha, siempre nos esperaba una mesa llena de calamares, sobrasada, filetes de lomo y Casera, como muestra la serie Cuéntame cómo pasó.
Nuestros padres, en su mayoría, no eran de una generación rebelde porque tener un piso donde caer muertos y un caldo calentito ya era una gran rebeldía contra el hambre de la posguerra. “¡Burgueses! ¡Reaccionarios! ¿Dónde están los ideales?”, exclamábamos nosotros. “En la olla exprés, bonito, acompañados de esa morcilla que tanto te gusta”, decían ellos.
Como estos argumentos nos revolvían el estómago, al final huíamos de esa dictadura gastronómica, viajábamos a otros países, trabajábamos de camareros en verano, ¡que sabrán nuestros viejos lo que es currar duro!, y nos curtíamos en la escuela de la guerra de la vida. Luego nos casábamos y pasábamos la luna de miel en Portugal para traer la cubertería de plata ¿Benidorm? Puaj. Y a la hora de comprar un piso, bueno sí, una ayudita de los padres o los suegros, pero pequeña, ¿eh? “Y que conste don Manuel que se la voy a devolver con el sudor de mi frente”.
Ah, y nosotros sí educaríamos a nuestros hijos con los valores de la libertad y el diálogo, nos confesarían todo y seríamos sus colegas, eso que nunca fueron nuestros padres. Dictadores.
Si la generación de nuestros padres fue la de los sobres, la de ahora es la de las sobras. Sobran platos de comida que se tiran al cubo de basura sin el remordimiento por el hambre de la posguerra. Sobran coches en las casas. Sobran salidas de copas, porque los fines de semana comienzan los jueves por la noche. Y sobra coca cola a la hora de comer.
Ya cuando eran críos, uno iba al restaurante, y en lugar de tortilla francesa, los mocosos exclamaban: “A mí, una ración de pata negra. Y la carne, lomo alto argentino, por supuesto, al punto si puede ser”.
Lo del diálogo con los hijos salió torcido porque no les interesa hablar de política pero sí del Madrid o del Barça. No está mal. Menos peleas. Hay tanto diálogo que los chicos no se van de casa ni aunque pierdan el Madrid o el Barça 100 veces seguidas.
Es una generación que se casa y viaja a Bali o a Punta Cana. Cosa inexplicable, pues el piso en el que se meten cuesta, en proporción, más que el de sus padres. En los años 50 se tardaba en pagar los pisos entre 10 y 15 años. En los 80, entre 15 y 20 años. Y ahora, les hacen firmar una hipoteca de 35 a 50 años. Por eso, para compensar gastos, se van a Ikea y MediaMarkt, llenan la casa de trastos en un día y, en lugar de un niño, tienen dos periquitos.
Ahora, a esa generación también le ha llegado la crisis. A los de la posguerra, con sus pensiones y sus casas ya pagadas, esto les parece grave, pero no tan grave como las cartillas de racionamiento. Para mi generación, esto nos recuerda los años del paro y la crisis en la Transición, que parecían no tener fin.
Como es la primera vez que esto pilla a la generación del móvil e Internet, se han quedado traspuestos. No hay empleo, no hay dinero, no hay futuro. Así de pronto. ¿Es el fin? No, porque dos generaciones ya la conocieron a su modo. Bienvenidos a la mesa. Os estábamos esperando para cenar.
martes, 17 de febrero de 2009
ME GUSTARÍA...
Me gustaría ser la sombra que te sigue
y andar por los caminos que tú andas...
Me gustaría ser como la planta que recibe
la lluvia que en tu cuerpo se resbala.
Me gustaría ser como el aire que respiras
que registra tu cuerpo en sus entrañas...
Me gustaría ser las cosas que tu miras
y ser el cristal que tu aliento empaña.
Me gustaría ser la cosa que tu tocas
y ser el sobre que tu saliva sella.
Me gustaría ser el aliento de tu boca
y ser tu ropa cuando estás dentro de ella.
Me gustaría ser como tu quieras que yo sea
no importa que me consideres esclavo o dueño,
creer en todas las cosas que tu creas
no ser tus pesadillas, ser siempre tu sueño.
Me gustaría ser el espejo en que te miras
la toalla que al secarte lo hace con delicia
la mota de tus talcos, las cosas que tu tiras
y el jabón que al bañarte tu cuerpo acaricia.
Me gustaría ser de tu casa el cubo basurero
donde en él toda la basura depositas,
ser para ti lo que tú quieras-sólo quiero-
porque sólo por ti mi corazón palpita.
Me gustaría que tus ojos al mirarme
derramen sobre mi tu amor tan puro...
Y a cambio de tu amor y siempre amarme
amarte para siempre yo te lo juro.
Me gustaría ser y siempre habré de ser
lo que tú quieras que para ti yo sea...
A nadie como a ti jamás he de querer
y he de creer en todas las cosas que tú creas.
Me gustaría ser el cepillo de tus dientes
y ser el peine que tus cabellos peina,
morder ansioso tus labios tan ardientes
y ser la brisa que al acariciarte te despeina.
Me gustaría ser el plato de tu mesa...
La cuchara que te llevas a tu boca,
el vaso con que bebes que tus labios besan
quiero ser esas cosas y aún son pocas.
Me gustaría estar en tu risa cuando ríes
y estar en tus rezos cuando imploras...
Ser el hielo que en tu boca se deslíe
y la lágrima que viertes cuando lloras.
Ser la ola del mar que te acaricia
y ser la brisa que tu cuerpo arrulla...
Y en medio de toda mi avaricia
quisiera ser cualquier cosa tuya.
Amarte siempre sin que existan frenos
que frenen las ansias de amarte más y más...
Dormitar a tu sombra a veces al menos
y de este hermoso sueño no despertar jamás.
Me gustaría ser para ti lo que tú quieras
y besar tus labios o besar tus pies...
Ser sólo para ti...y ser a tu manera...
Sin pasado...con presente...sin después.
y andar por los caminos que tú andas...
Me gustaría ser como la planta que recibe
la lluvia que en tu cuerpo se resbala.
Me gustaría ser como el aire que respiras
que registra tu cuerpo en sus entrañas...
Me gustaría ser las cosas que tu miras
y ser el cristal que tu aliento empaña.
Me gustaría ser la cosa que tu tocas
y ser el sobre que tu saliva sella.
Me gustaría ser el aliento de tu boca
y ser tu ropa cuando estás dentro de ella.
Me gustaría ser como tu quieras que yo sea
no importa que me consideres esclavo o dueño,
creer en todas las cosas que tu creas
no ser tus pesadillas, ser siempre tu sueño.
Me gustaría ser el espejo en que te miras
la toalla que al secarte lo hace con delicia
la mota de tus talcos, las cosas que tu tiras
y el jabón que al bañarte tu cuerpo acaricia.
Me gustaría ser de tu casa el cubo basurero
donde en él toda la basura depositas,
ser para ti lo que tú quieras-sólo quiero-
porque sólo por ti mi corazón palpita.
Me gustaría que tus ojos al mirarme
derramen sobre mi tu amor tan puro...
Y a cambio de tu amor y siempre amarme
amarte para siempre yo te lo juro.
Me gustaría ser y siempre habré de ser
lo que tú quieras que para ti yo sea...
A nadie como a ti jamás he de querer
y he de creer en todas las cosas que tú creas.
Me gustaría ser el cepillo de tus dientes
y ser el peine que tus cabellos peina,
morder ansioso tus labios tan ardientes
y ser la brisa que al acariciarte te despeina.
Me gustaría ser el plato de tu mesa...
La cuchara que te llevas a tu boca,
el vaso con que bebes que tus labios besan
quiero ser esas cosas y aún son pocas.
Me gustaría estar en tu risa cuando ríes
y estar en tus rezos cuando imploras...
Ser el hielo que en tu boca se deslíe
y la lágrima que viertes cuando lloras.
Ser la ola del mar que te acaricia
y ser la brisa que tu cuerpo arrulla...
Y en medio de toda mi avaricia
quisiera ser cualquier cosa tuya.
Amarte siempre sin que existan frenos
que frenen las ansias de amarte más y más...
Dormitar a tu sombra a veces al menos
y de este hermoso sueño no despertar jamás.
Me gustaría ser para ti lo que tú quieras
y besar tus labios o besar tus pies...
Ser sólo para ti...y ser a tu manera...
Sin pasado...con presente...sin después.
sábado, 24 de enero de 2009
AQUELLA POBRE NIÑA...
Aquella pobre niña
que aún no tenía senos...
Y la niña lloraba:
¡Yo quiero tener senos.
¡Señor, haz un milagro:
un milagro pequeño.
Pero Dios no la oía,
allá arriba, tan lejos...
Y cogió dos palomas,
se las puso en el pecho...
Pero las dos palomas
levantaron el vuelo.
Y cogió dos estrellas,
se la puso en el pecho...
Las estrellas temblaron
y se apagaron luego.
Y cogió dos magnolias,
se las puso en el pecho...
Las dos magnolias blancas
deshojaron sus pétalos.
Y cogió dos panales,
se los puso en el pecho...
Y la miel y la cera
se helaron en el viento.
¡Un milagro, Señor,
un milagro pequeño!
Pero Dios no la oía,
allá arriba, tan lejos.
Y un día fue el amor;
se le entró pecho adentro
¡y se sintió florida!
Le nacieron dos senos
con pico de paloma,
con temblor de luceros,
como magnolias, blancos;
como panales, llenos.
¡Igual que dos milagros...
pequeños!
que aún no tenía senos...
Y la niña lloraba:
¡Yo quiero tener senos.
¡Señor, haz un milagro:
un milagro pequeño.
Pero Dios no la oía,
allá arriba, tan lejos...
Y cogió dos palomas,
se las puso en el pecho...
Pero las dos palomas
levantaron el vuelo.
Y cogió dos estrellas,
se la puso en el pecho...
Las estrellas temblaron
y se apagaron luego.
Y cogió dos magnolias,
se las puso en el pecho...
Las dos magnolias blancas
deshojaron sus pétalos.
Y cogió dos panales,
se los puso en el pecho...
Y la miel y la cera
se helaron en el viento.
¡Un milagro, Señor,
un milagro pequeño!
Pero Dios no la oía,
allá arriba, tan lejos.
Y un día fue el amor;
se le entró pecho adentro
¡y se sintió florida!
Le nacieron dos senos
con pico de paloma,
con temblor de luceros,
como magnolias, blancos;
como panales, llenos.
¡Igual que dos milagros...
pequeños!
jueves, 22 de enero de 2009
MENOS QUE NADA...PORQUE YA NADA SOMOS
No…no pasarás por mi, porque nunca llegaste
ni nadie sabrá nunca si te vi…o no te vi…
no se si a mi puerta algún día llamaste
porque si llamaste…nunca la puerta abrí.
Nadie sabrá nunca si yo te conocí…
ni tampoco sabrán de mi dolor ingente
quizás si fue el viento quien te empujó hacia mí
pero a mi…el viento y tu me son indiferentes.
Yo no le hago caso a lo que habla la gente
porque hace tiempo ya que hablan de los dos…
mi vida es como un río de aguas transparentes
y mi conciencia limpia como lo manda Dios.
Somos menos que nada…porque ya nada somos
fuimos parte de un puente que unían dos caminos…
por donde nos cruzamos y no sabemos como
ni como fué tampoco que nos conocimos.
Te acuerdas de aquel brujo del camino
que nos habló del futuro de nosotros?…
que la vida haría cambiar nuestro destino
que yo sería de otra y tu serías de otro.
Fuimos como dos gotas de un rocío de invierno
que convertir en hielo la noche fría quiso…
y fuimos empujados los dos hacia el infierno
cuando los dos soñabamos entrar al paraiso.
Lo que fácil empezó…más fácil se deshizo
y fácil se nos fue el amor de nuestras manos…
pues por arte de magia…¡quizas algún hechizo!
nos empujó a los dos al fondo del pantano.
ni nadie sabrá nunca si te vi…o no te vi…
no se si a mi puerta algún día llamaste
porque si llamaste…nunca la puerta abrí.
Nadie sabrá nunca si yo te conocí…
ni tampoco sabrán de mi dolor ingente
quizás si fue el viento quien te empujó hacia mí
pero a mi…el viento y tu me son indiferentes.
Yo no le hago caso a lo que habla la gente
porque hace tiempo ya que hablan de los dos…
mi vida es como un río de aguas transparentes
y mi conciencia limpia como lo manda Dios.
Somos menos que nada…porque ya nada somos
fuimos parte de un puente que unían dos caminos…
por donde nos cruzamos y no sabemos como
ni como fué tampoco que nos conocimos.
Te acuerdas de aquel brujo del camino
que nos habló del futuro de nosotros?…
que la vida haría cambiar nuestro destino
que yo sería de otra y tu serías de otro.
Fuimos como dos gotas de un rocío de invierno
que convertir en hielo la noche fría quiso…
y fuimos empujados los dos hacia el infierno
cuando los dos soñabamos entrar al paraiso.
Lo que fácil empezó…más fácil se deshizo
y fácil se nos fue el amor de nuestras manos…
pues por arte de magia…¡quizas algún hechizo!
nos empujó a los dos al fondo del pantano.
martes, 20 de enero de 2009
CARTA A USTED, SEÑORA.
Según dicen ya tiene usted otro amante.
Lástima que la prisa nunca sea elegante.
Yo sé que no es frecuente que una mujer hermosa,
se resigne a ser viuda, sin haber sido esposa.
Y me parece injusto discutirle el derecho
de compartir sus penas sus goces y su lecho,
pero el amor señora, cuando llega el olvido
también tiene el derecho de un final distinguido.
Perdón... Si es que la hiere mi reproche... Perdón
aunque sé que la herida no es en el corazón
Y para perdonarme... Piense si hay más despecho
que en lo que yo le digo, que en lo que usted ha hecho.
Pues sepa que una dama con la espalda desnuda
sin luto en una fiesta, puede ser una viuda.
Pero no como tantas de un difunto señor
sino para ella sola, viuda de un gran amor.
Y nuestro amor recuerdo, fue un amor diferente
al menos al principio, ya no, naturalmente.
Usted será el crepúsculo a la orilla del mar,
que según quien lo mire será hermoso o vulgar.
Usted será la flor que según quien la corta,
es algo que no muere o algo que no importa.
O acaso cierta noche de amor y de locura
yo vivía un ensueño y... y usted una aventura.
Si... usted juró cien veces ser para siempre mía
yo besaba sus labios pero no lo creía.
Usted sabe y perdóneme que en ese juramento
influye demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que ya tenga otro amante
a quien quizás le jure lo mismo en este instante.
Y como usted señora ya aprendió a ser infiel
a mí así de repente me da pena por él.
Sí es cierto... alguna noche su puerta estuvo abierta
y yo en otra ventana me olvidé de su puerta
O una tarde de lluvia se iluminó mi vida
mirándome en los ojos de una desconocida.
Y también es posible que mi amor indolente
desdeñara su vaso bebiendo en la corriente.
Sin embargo señora... Yo con sed o sin sed
nunca pensaba en otra... si la besaba a usted.
Perdóneme de nuevo si le digo estas cosas
pero ni los rosales dan solamente rosas.
Y no digo estas cosas por usted ni por mí
sino por... por los amores que terminan así.
Pero vea señora... que diferencia había
entre usted que lloraba... y yo que sonreía.
Pues nuestro amor concluye con finales diversos
usted besando a otro... Yo escribiendo estos versos.
Lástima que la prisa nunca sea elegante.
Yo sé que no es frecuente que una mujer hermosa,
se resigne a ser viuda, sin haber sido esposa.
Y me parece injusto discutirle el derecho
de compartir sus penas sus goces y su lecho,
pero el amor señora, cuando llega el olvido
también tiene el derecho de un final distinguido.
Perdón... Si es que la hiere mi reproche... Perdón
aunque sé que la herida no es en el corazón
Y para perdonarme... Piense si hay más despecho
que en lo que yo le digo, que en lo que usted ha hecho.
Pues sepa que una dama con la espalda desnuda
sin luto en una fiesta, puede ser una viuda.
Pero no como tantas de un difunto señor
sino para ella sola, viuda de un gran amor.
Y nuestro amor recuerdo, fue un amor diferente
al menos al principio, ya no, naturalmente.
Usted será el crepúsculo a la orilla del mar,
que según quien lo mire será hermoso o vulgar.
Usted será la flor que según quien la corta,
es algo que no muere o algo que no importa.
O acaso cierta noche de amor y de locura
yo vivía un ensueño y... y usted una aventura.
Si... usted juró cien veces ser para siempre mía
yo besaba sus labios pero no lo creía.
Usted sabe y perdóneme que en ese juramento
influye demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que ya tenga otro amante
a quien quizás le jure lo mismo en este instante.
Y como usted señora ya aprendió a ser infiel
a mí así de repente me da pena por él.
Sí es cierto... alguna noche su puerta estuvo abierta
y yo en otra ventana me olvidé de su puerta
O una tarde de lluvia se iluminó mi vida
mirándome en los ojos de una desconocida.
Y también es posible que mi amor indolente
desdeñara su vaso bebiendo en la corriente.
Sin embargo señora... Yo con sed o sin sed
nunca pensaba en otra... si la besaba a usted.
Perdóneme de nuevo si le digo estas cosas
pero ni los rosales dan solamente rosas.
Y no digo estas cosas por usted ni por mí
sino por... por los amores que terminan así.
Pero vea señora... que diferencia había
entre usted que lloraba... y yo que sonreía.
Pues nuestro amor concluye con finales diversos
usted besando a otro... Yo escribiendo estos versos.
SOÑAR DESPIERTO.
Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente de mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,
y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.
Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizá, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste mas que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.
Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré quizá: "Qué linda es todavía."
Tú quizá pensarás: "Se está poniendo viejo"
Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo o con otra.
o tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.
Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante, pero cada vez menos....
Y pasará la vida. Yo seguiré soñando;
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
Yo ya te habré olvidado definitivamente
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.
(Y quizá, para entonces, al cruzar una calle,
nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.
Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos para siempre cruzadas sobre el pecho.
Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
te pasarás las horas bostezando y tejiendo.
Y cada primavera renacerán las rosa,
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.
y tú te irás borrando lentamente de mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,
y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.
Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizá, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste mas que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.
Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré quizá: "Qué linda es todavía."
Tú quizá pensarás: "Se está poniendo viejo"
Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo o con otra.
o tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.
Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante, pero cada vez menos....
Y pasará la vida. Yo seguiré soñando;
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
Yo ya te habré olvidado definitivamente
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.
(Y quizá, para entonces, al cruzar una calle,
nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.
Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos para siempre cruzadas sobre el pecho.
Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
te pasarás las horas bostezando y tejiendo.
Y cada primavera renacerán las rosa,
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.
¡QUÉ LÁSTIMA MUCHACHA, QUE LÁSTIMA!
Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar.
Yo soy un árbol seco que sólo espera el hacha,
y tú un arroyo alegre que sueña con el mar.
Yo eché mi red al río…
Se me rompió la red…
No unas tu vaso lleno con mi vaso vacío,
pues si bebo en tu vaso voy a sentir más sed.
Se besa por el beso,
por amar el amor…
Ese es tu amor de ahora, pero el amor no es eso,
pues sólo nace el fruto cuando muere la flor.
Amar es tan sencillo,
tan sin saber por qué…
Pero así como pierde la moneda su brillo,
el alma, poco a poco, va perdiendo su fe.
¡Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar!
Hay velas que se rompen a la primera racha,
¡y hay tantas velas rotas en el fondo del mar!
Pero aunque toda herida
deja una cicatriz,
no importa la hoja seca de una rama florida,
si el dolor de esa hoja no llega a la raíz.
La vida, llama o nieve,
es un molino que
va moliendo en sus aspas el viento que lo mueve,
triturando el recuerdo de lo que ya se fue…
Ya lo mío fue mío,
y ahora voy al azar…
Si una rosa es más bella mojada de rocío,
el golpe de la lluvia la puede deshojar…
Tuve un amor cobarde.
Lo tuve y lo perdí…
Para tu amor temprano ya es demasiado tarde,
porque en mi alma anochece lo que amanece en ti.
El viento hincha la vela, pero la deshilacha,
y el agua de los ríos se hace amarga en el mar…
¡Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar!
que no te pueda amar.
Yo soy un árbol seco que sólo espera el hacha,
y tú un arroyo alegre que sueña con el mar.
Yo eché mi red al río…
Se me rompió la red…
No unas tu vaso lleno con mi vaso vacío,
pues si bebo en tu vaso voy a sentir más sed.
Se besa por el beso,
por amar el amor…
Ese es tu amor de ahora, pero el amor no es eso,
pues sólo nace el fruto cuando muere la flor.
Amar es tan sencillo,
tan sin saber por qué…
Pero así como pierde la moneda su brillo,
el alma, poco a poco, va perdiendo su fe.
¡Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar!
Hay velas que se rompen a la primera racha,
¡y hay tantas velas rotas en el fondo del mar!
Pero aunque toda herida
deja una cicatriz,
no importa la hoja seca de una rama florida,
si el dolor de esa hoja no llega a la raíz.
La vida, llama o nieve,
es un molino que
va moliendo en sus aspas el viento que lo mueve,
triturando el recuerdo de lo que ya se fue…
Ya lo mío fue mío,
y ahora voy al azar…
Si una rosa es más bella mojada de rocío,
el golpe de la lluvia la puede deshojar…
Tuve un amor cobarde.
Lo tuve y lo perdí…
Para tu amor temprano ya es demasiado tarde,
porque en mi alma anochece lo que amanece en ti.
El viento hincha la vela, pero la deshilacha,
y el agua de los ríos se hace amarga en el mar…
¡Qué lástima muchacha,
que no te pueda amar!
ELLA, SIEMPRE ELLA.
Ella no fue, entre todas, la más bella,
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
Acaso fue porque la amé de lejos,
como una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.
Tuve su amor como una cosa ajena
como una playa cada vez más sola,
que únicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.
Ella estuvo en mis brazos sin ser mía,
como el agua en cántaro sediento,
como un perfume que se fue en el viento
y que vuelve en el viento todavía.
Me penetró su sed insatisfecha
como un arado sobre llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.
Ella fue lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como la luz en el espejo roto.
Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo...
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
Acaso fue porque la amé de lejos,
como una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.
Tuve su amor como una cosa ajena
como una playa cada vez más sola,
que únicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.
Ella estuvo en mis brazos sin ser mía,
como el agua en cántaro sediento,
como un perfume que se fue en el viento
y que vuelve en el viento todavía.
Me penetró su sed insatisfecha
como un arado sobre llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.
Ella fue lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como la luz en el espejo roto.
Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo...
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
viernes, 5 de diciembre de 2008
¿EL UNDÉCIMO?: ¡NO AGOBIAR!
Rubios o morenos, fortachones o enclenques, con los ojos azules o marrones, tímidos o ‘echaos p’adelante’: hay muchos elementos de nuestro ser (y de nuestro ‘estar’) que no podemos elegir. Nacemos con ellos y, de hacer caso al refranero, “genio y figura, hasta la sepultura”. Cito una característica innata más con la que tenemos que pechar: unos vienen al mundo agobiados y, otros, con más cara que espalda.
Me hacen muchísima gracia los nombres que eligieron para sí algunos grupos musicales españoles en las últimas décadas: ''No me pises, que llevo chanclas'', ''Dinamita pá los pollos'',"Mojinos Escozíos"… No me digan que no hay un derroche de ingenio… Provocador, tal vez; pero a mi mente burguesa y adocenada no se hubieran ocurrido jamás esos nombres.
Sin embargo, hay un grupo cuyo bautismo, más que hacer reír, obliga a pensar un poco: ''Hijos del agobio''… ¡Exacto!: los vástagos de nuestros tiempos, de estos tiempos, vivimos con el agobio montado en la chepa independientemente de nuestra idiosincrasia. ¿O es que usted no ha oído decir alguna vez hasta a ese 'vivalavirgen' al que lo mismo le da ocho que ochenta lo de ''¡no puedo más: estoy agobiadísimo!''?
Y como yo soy un 'sufridor' frecuente de las presiones, los empujones, las angustias del agobio, he dedicado algunos ratos a pensar cuáles son las causas de esa sensación opresiva, como de falta de aire para respirar y de espacio para moverte…
Lo primero que se le viene a uno a la cabeza –creo, vamos- es que el agobio está directamente relacionado con las prisas… ¡Que no es lo mismo viajar pausadamente en diligencia, haciendo largas paradas en las posadas –que, por mucho que estuviesen pobladas de chinches, ofrecían jergón y almohada al viajero- que plantarte en Nueva York desde Madrid de una sentada de avión! Médicamente demostrado está, por el llamado jet-lag, que esos súbitos cambios de horarios, de estación, de ritmo de sueño y de alimentación son nefastos para el cuerpo; y, en mi humilde opinión, también para el espíritu… Pero como sarna con gusto no pica y todo acaba por hacernos callo, hemos asimilado que los nuestros son tiempos raudos, veloces, apresurados y eso ya no parece agobiarnos. Lo hemos incorporado, lo traemos debajo del brazo, como dicen que ocurre con el pan y los bebés…
¿Entonces?: entonces uno puede sentirse agobiado por exceso, por los excesos… A veces me imagino a las mujeres y los hombres de hoy como a esos prodigiosos malabaristas del maravilloso Circo del Sol: tratamos de mantener bajo nuestro control una veintena de pelotitas de todos los colores porque no nos queda más remedio… La familia, el trabajo, los puntos del carné de conducir, los ingresos, los gastos, el consumo de televisión, los niños, los padres que van envejeciendo, mantener al día nuestro cuerpo y nuestra mente, no perdernos nada, estar en todo… Y no, no es posible: como no nos transformemos en pulpos, nuestras manos no serán capaces de acudir a tanta pelotita. Así, no quedan más cáscaras que elaborar un férreo orden de prioridades: hacer gimnasia –por ejemplo- es estupendo; pero, evidentemente, no tan imprescindible como permanecer una noche en vela cuidando de un niño o un señor enfermo; cenar en un restaurante de moda es apetecible, incluso recomendable, pero no tan urgente como poner al día los documentos que necesitaremos para hacer una declaración de la Renta impecable… Y todo así, en ese plan.
Sin embargo, también es característico de nuestros tiempos el agobio por defecto… ''La soledad me agobia mucho'', oyes con frecuencia… Y es bien cierto: la opulencia material de nuestras sociedades desarrolladas enmascaran grandes carencias afectivas, de compañía, de compasión… Y esas carencias nos agobian, nos pesan en el alma como si lleváramos un yunque colgado del cuello.
¡Y lo que nos falta para el duro es que nos toque convivir – en casa, en el trabajo, en el círculo de amigos, en el viaje de fin de semana – con uno de esos 'plastas' cuyo programa de vida es dar órdenes a los demás, recordar constantemente a los otros lo que no se ha hecho y se tiene que hacer, dar la vara con requerimientos fútiles! ¡Hasta ahí podíamos llegar, hasta semejante sobredosis! En tales casos y circunstancias, yo suelo decir tajantemente al 'plasta': ''Recuerda el undécimo mandamiento, majo: ¡no agobiar!'' Y me quedo más ancho que largo, sin ningún agobio.
Me hacen muchísima gracia los nombres que eligieron para sí algunos grupos musicales españoles en las últimas décadas: ''No me pises, que llevo chanclas'', ''Dinamita pá los pollos'',"Mojinos Escozíos"… No me digan que no hay un derroche de ingenio… Provocador, tal vez; pero a mi mente burguesa y adocenada no se hubieran ocurrido jamás esos nombres.
Sin embargo, hay un grupo cuyo bautismo, más que hacer reír, obliga a pensar un poco: ''Hijos del agobio''… ¡Exacto!: los vástagos de nuestros tiempos, de estos tiempos, vivimos con el agobio montado en la chepa independientemente de nuestra idiosincrasia. ¿O es que usted no ha oído decir alguna vez hasta a ese 'vivalavirgen' al que lo mismo le da ocho que ochenta lo de ''¡no puedo más: estoy agobiadísimo!''?
Y como yo soy un 'sufridor' frecuente de las presiones, los empujones, las angustias del agobio, he dedicado algunos ratos a pensar cuáles son las causas de esa sensación opresiva, como de falta de aire para respirar y de espacio para moverte…
Lo primero que se le viene a uno a la cabeza –creo, vamos- es que el agobio está directamente relacionado con las prisas… ¡Que no es lo mismo viajar pausadamente en diligencia, haciendo largas paradas en las posadas –que, por mucho que estuviesen pobladas de chinches, ofrecían jergón y almohada al viajero- que plantarte en Nueva York desde Madrid de una sentada de avión! Médicamente demostrado está, por el llamado jet-lag, que esos súbitos cambios de horarios, de estación, de ritmo de sueño y de alimentación son nefastos para el cuerpo; y, en mi humilde opinión, también para el espíritu… Pero como sarna con gusto no pica y todo acaba por hacernos callo, hemos asimilado que los nuestros son tiempos raudos, veloces, apresurados y eso ya no parece agobiarnos. Lo hemos incorporado, lo traemos debajo del brazo, como dicen que ocurre con el pan y los bebés…
¿Entonces?: entonces uno puede sentirse agobiado por exceso, por los excesos… A veces me imagino a las mujeres y los hombres de hoy como a esos prodigiosos malabaristas del maravilloso Circo del Sol: tratamos de mantener bajo nuestro control una veintena de pelotitas de todos los colores porque no nos queda más remedio… La familia, el trabajo, los puntos del carné de conducir, los ingresos, los gastos, el consumo de televisión, los niños, los padres que van envejeciendo, mantener al día nuestro cuerpo y nuestra mente, no perdernos nada, estar en todo… Y no, no es posible: como no nos transformemos en pulpos, nuestras manos no serán capaces de acudir a tanta pelotita. Así, no quedan más cáscaras que elaborar un férreo orden de prioridades: hacer gimnasia –por ejemplo- es estupendo; pero, evidentemente, no tan imprescindible como permanecer una noche en vela cuidando de un niño o un señor enfermo; cenar en un restaurante de moda es apetecible, incluso recomendable, pero no tan urgente como poner al día los documentos que necesitaremos para hacer una declaración de la Renta impecable… Y todo así, en ese plan.
Sin embargo, también es característico de nuestros tiempos el agobio por defecto… ''La soledad me agobia mucho'', oyes con frecuencia… Y es bien cierto: la opulencia material de nuestras sociedades desarrolladas enmascaran grandes carencias afectivas, de compañía, de compasión… Y esas carencias nos agobian, nos pesan en el alma como si lleváramos un yunque colgado del cuello.
¡Y lo que nos falta para el duro es que nos toque convivir – en casa, en el trabajo, en el círculo de amigos, en el viaje de fin de semana – con uno de esos 'plastas' cuyo programa de vida es dar órdenes a los demás, recordar constantemente a los otros lo que no se ha hecho y se tiene que hacer, dar la vara con requerimientos fútiles! ¡Hasta ahí podíamos llegar, hasta semejante sobredosis! En tales casos y circunstancias, yo suelo decir tajantemente al 'plasta': ''Recuerda el undécimo mandamiento, majo: ¡no agobiar!'' Y me quedo más ancho que largo, sin ningún agobio.
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