martes, 7 de febrero de 2012

ME ESTOY HACIENDO VIEJO...

Mis queridos hijos, el día que me veáis viejo, os pido por favor que tengáis paciencia, pero sobre todo tratar de entenderme, mis querido hijos...
Si cuando hablo con vosotros, repito lo mismo mil veces, no me interrumpáis para decirme “eso ya nos lo contaste”, solamente escucharme por favor...
Y recordar los tiempos en que erais niños y yo os leía la misma historia, noche tras noche hasta que os quedabais dormidos...
Cuando no me quiera bañar, no me regañéis y por favor no tratéis de avergonzarme, solamente recordar las veces que yo tuve que perseguiros con miles de excusas para que os bañarais cuando erais niños...
Cuando veáis mi ignorancia ante la nueva tecnología, dadme el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagáis esos ojos ni esas caras de desesperados...
Recordar mis queridos, que yo os enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente... vestiros y peinaros por vosotros mismos y como afrontar y lidiar con la vida...
El día que notéis que me estoy volviendo viejo, por favor mis queridos hijos, tener paciencia conmigo y sobre todo tratar de entenderme...
Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, darme el tiempo necesario para recordar... y si no puedo, no os pongáis nerviosos, impacientes o arrogantes... Solamente tener presente en vuestro corazón que lo más importante para mí es estar con vosotros y que me escuchéis...
Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dadme vuestra mano, de la misma manera que yo os la ofrecí cuando diste vuestros primero pasos...
Cuando estos días vengan, no os debéis sentir tristes o incompetentes de verme así, sólo os pido que estéis conmigo, que tratéis de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor...
Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntos, os lo agradeceré...
Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre os he tenido, sólo quiero deciros que os amo más que a nada en el mundo, mis queridos hijos...

1 comentario:

Tere dijo...

¡¡Que bonito!! Cuanta verdad encierran sus palabras. Nos pasamos la mayor parte de nuestra vída cuidando y educando a nuestros hijos, es lógico por lo tanto que cuando llegue nuestra vejez (si llegamos a ella), ellos sean consecuentes con nosotros, sintiéndose orgullosos de sus padres como sus padres se sintieron orgullosos de sus hijos y no arrinconandoles como se ve en algún caso, ejemplo más reciente el de la tenista Arancha Sanchez Vicario. Vergüenza tendría que sentir aún siendo verdad. Siga usted trasmitiendo sentimientos a través de sus escritos, que son cómo un balsamo para el espiritu.