miércoles, 22 de junio de 2011

LA EVOLUCIÓN DE LAS MÁQUINAS.

Cuando uno tiene algún problema (¡o incidencia como dicen ellos!) con empresas tipo Iberdrola, Aguas, Telefónica-Movistar, Ono, Endesa, Vodafone, Orange, etcétera; uno se da cuenta de lo insignificantes e impotentes que somos frente a Babilonia.
Primero marcamos el número pensando en lo que vamos a decir y entonces nos contesta una voz automática (suele ser de mujer, será para suavizar el tema...) que nos dice lo que tenemos que hacer como si fuésemos completamente idiotas: «Pulse uno si es para esto, pulse dos si es para lo otro...» y puede haber así un sinfín de posibilidades. Yo he contado hasta ocho. Pasado el primer filtro, nos encontramos con otra voz mecánica que nos pide unos datos para comprobar quién llama (que luego no sirve de nada porque hay que repetirlo todo); a cada dato que damos la voz mecánica lo repite y suelta un «¿es correcto?» que da miedo; luego el robot nos pide que digamos brevemente cuál es el motivo de la llamada y aquí es donde se complica porque por mucho que intentemos explicar el motivo nunca corresponde a nada y el robot nos dice: «lo siento, no le he entendido...» y otra vez a repetir. Si tenemos suerte, tras varios intentos, podremos pasar a otro nivel del juego y, tras una espera musical insoportable, conseguiremos por fin hablar con un ser humano.
«Las máquinas evolucionan y se reproducen a velocidad prodigiosa. Si no les declaramos la guerra a muerte será demasiado tarde para resistirse a su dominio» Samuel Butler (1835-1902).

No hay comentarios: